Reparan en los seres humanos el sentido de una caricia, inventan cada día una nueva forma de volar afiliándose a un retrato por todos conocidos. Guardan sus plumas como el mejor equipaje. Su pico es el más tierno y trabajador de su obediente cuerpo, porque con él alimenta a sus pichones y se alimenta así misma. Nadie la educó para respetar parques y jardines, viviendo encadenadas a sus necesidades filológicas, en una inocencia que linda en sutileza. Así su vida transcurre en la fidelidad de una sola pareja de por vida, dándonos clase de monogamia vitalicia. Esclava de los granos, anónima viajera de nuestras cartas, cincela con su vuelo la figura obstinada de nuestros deseos. Lleva en su pico un laurel para clausurando la guerra y la lucha, vivamos en paz. Recluida en una jaula no deja de cantar y continuar su ciclo de vida: ama, come, pare, mira, y vuelve a cantar. De vocación religiosa congénita, permanece gustosa en las teatinas, capiteles, bóvedas y hornacinas de los templos. Jamás se enfurece, no protesta, siempre encuentra, descansa y duerme, ama y entiende, siendo permanentemente maravillosa.
18 de julio de 2008
1 comentario:
Estimado Enrique, qué bueno que ahora podamos leerte en la web. Te conecto en mis vinculos y espero poder postearte algo más nutricio.
Muy buena suerte. Saludos.
Sara Cortez Pautrat
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