Buscar este blog

CONTADOR DE VISITAS

contador de visitas

MUSICA

radplayer('color1', '#000000'); radplayer('color2', '#ffffff');
radplayer('color1', '#000000'); radplayer('color2', '#ffffff');

MI TALLER

MI TALLER

MI BLOG...

Mi blog es como un retazo de mi piel que quiere llegar a ti y a los tuyos.
Que sepas lo que íntimamente vivo en lo apartado de la gran ciudad.
Lo que me mueve en mi parte sensible como a todo ser humano.
Conoce mi manera de ver, sentir y pensar.

Visítalo cada cierto tiempo, léelo, disfrútalo, escribe tus opiniones,
sugiere secciones y reenvíalo a todos tus amigos y familiares.


Ayúdame a saber que tiene sentido lo que escribo…todo depende de ti…y de los tuyos.

Muchas gracias.


FACEBOOK EB

FACEBOOK EB
VISITA EL FACEBOOK DEL ARTISTA. CONOCELO, HAZ CLICK EN IMAGEN.

BLOG ANTIOQUIA UN PUEBLO PARA EL TURISMO

BLOG ANTIOQUIA UN PUEBLO PARA EL TURISMO
CONOCE "EL RETABLO MAS GRANDE DEL MUNDO" ( RECORD GUINESS). HAZ CLICK EN LA IMAGEN

BLOG EBARTSHOP

BLOG EBARTSHOP
SI QUIERES ADQUIRIR UNA OBRA DEL ARTISTA CONÓCELAS AQUI, HAZ CLICK EN LA IMAGEN.

BLOG TODO BATIK

BLOG TODO BATIK
Visita e informate de las técnicas del batik. HAZ CLICK EN LA IMAGEN.

miércoles, 29 de enero de 2020

ERES ÁRBOL







ERES ÁRBOL






Como un árbol que ha perdido sus hojas

como una flor sin pétalos llegaste a mi

perdida en el encuentro, lejana al viento

increíble sombra, palabra no dicha

verdad escondida, serena ofrenda

comunión de siempre, encantadora

caminante como la lluvia me sigues

me mojas como el pasto verde

como una porción de ti… primavera loca.




Como un árbol que ha perdido sus hojas

como un pantano desconsolada y triste

creciste frente a mis ojos desnuda, valiente

andando todavía goteando como el vino

suave como la seda, terciopelo azul

vestidos largos, vientre iluminado

tarima alta, inalcanzable, corazón ardiente

traes el pan caliente en tus largos brazos

desayuno feliz, mañana de invierno.


miércoles, 22 de enero de 2020

LA HIGUERA









LA HIGUERA






Ficus carica o higuera, es un árbol pequeño o un arbusto de la familia de las moráceas. Árbol frutal de hasta 8 mts de altura, madera muy blanda, hojas verdes y grandes, que desprenden una leche urticante; su fruto comestible es el higo. Es una de las especies más característica del Mediterráneo y tiene propiedades curativas. Precisamente 4, 500 años AC los egipcios ya la recolectaban como observamos en los jeroglíficos de sus monumentos funerarios. 



En el Antiguo Testamento se lee su nombre como referencia a uno de los árboles de la abundancia de la Tierra Prometida. También se cuenta que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso y cubrieron su “vergüenza” con una hoja de higuera.



Pero esos son los datos científicos, históricos y religiosos de la higuera. Es decir es la historia real de la misma.



Ahora viene a mi memoria la higuera que hay en un lugar donde trabajo. En medio del frondoso jardín se levanta orgullosa una higuera. La he visto cuando llegué allí, y ahora que cumplí 22 años de frecuentar el sitio. La he visto desnuda en invierno y revestida de verdes y grandes hojas en la estación cálida del año escolar. Su tronco es como un cuerpo humano y sus ramas tienen la furia del laberinto que produce sus direcciones. La he visto  sollozando en nefastos acontecimiento de la vida de la institución y la he visto alegre y cubierta de escarchados sueños, en momentos mejores.



La he visto querer alcanzar el cielo con sus hojas, y danzar en las hermosos mediodías de la escuela. También la he sentido despertar en las mañanas cuando llego y alivia el escultórico esplendor de sus partes.



Pero no hay mejor época para lucir su belleza, que bajo el sol de setiembre cuando muere la tarde. Así me retiro del lugar, le sonrío, y camino entre el verde pasto que la rodea para hacerla entender que al siguiente día estaremos juntos otra vez para sonreírle a la vida. Parece mentira que ella arranca un pedazo  de mi tiempo para apreciarla con dulzura, y me obliga a redescubrir las hojas que van encontrándose en sus ramas alegres.



Últimamente, la he observado y la veo cubrirse de sombras, fatigada por la calidez de nuestro encuentro que procuro exprese el musical y mágico secreto que la higuera y yo guardamos hace años. 



Ahora la veo triste. Parece que esperara un soplo de vida para tener la seguridad de florecer en primavera y desnudarse en otoño. Hay veces me da la impresión que sólo se nutre del rocío de la mañana para no ensuciar el suelo donde le levanta altiva. Tengo la sensación que la variación permanente del clima la desubican constantemente, aunque escuche cercanamente a los muchachos jugando y murmurando sus más hermosos cuentos.



Como debe permanecer inmóvil, sus raíces se entierran en la calidez terrosa de la zona. De querer caminar a otros lugares, la naturaleza le hubiera regalado pies como a nosotros los humanos. Por eso permanece allí, idolatrando la belleza de mi taller, timoneando las temporadas donde se viste y se desviste con sus mejores galas.



Sentado en mi escritorio, veo el verdor que transcurre en su vida, y agradezco al cielo haberla conocido. La higuera y yo somos silenciosos amigos que nos miramos por siempre, por los siglos de los siglos….




miércoles, 15 de enero de 2020

ARTE KITSCH








ARTE KITSCH







Muchas terminologías confunden en vez de ilustrar, a los que desean entender del arte y sus expresiones a través de la historia. En el arte ha habido ecuanimidad y abuso en sus diversas manifestaciones. Algunos “ismos” surgieron de estudios profundos sobre la naturaleza y el hombre como sentimiento y forma. Otros nacen para solucionar necesidades de consumo, o brindar la oportunidad de consumirlas. Algunos hacen arte para vender, y otros compran arte para ostentar.
 



Ubicarse entre los consumidores de arte, es ingresar a un sin número de opiniones que van desde las alturadas e incomprensibles, hasta las simples y populares. La verdad es que el hombre en su naturaleza forma parte de lo que se conoce como “sociedad de consumo” o “civilización del consumo”, dicen otros. Esto indica que hay gente para descifrar y entender el arte y gente para abstraer su razonamiento, sobre la existencia del arte como una expresión humana de belleza.




El hombre de las sociedades occidentales se considera impulsado al consumo de productos. A comprar por consumir. A utilizar mercancías para satisfacer incógnitas razones en muchos casos. Hay un silencio entre comprar entendiendo lo que se compra y comprar por solo comprar.




El mejor ejemplo del consumismo se da en “la moda” de la indumentaria o ropa. Es desechar lo que estando en buen uso y siendo útil porque cumple su función, se le califica de “estar pasado de moda” por el simple hecho de comprar, consumir para actualizar la vestimenta. Consumir se convierte en destruir, extinguir, desechar, botar, etc.




Actualmente, está en moda vivir en edificios de apartamentos, para lo cual se ha destruido la belleza arquitectónica de la ciudad: hermosas casonas, de estilos aplaudidos, se convierten ahora en multitudinarios albergues de gente, en viviendas muchas veces reducidas en su espacio, por el solo hecho de modernizarse en la sociedad consumista de esta época. No importa si la arquitectura del edificio nos recuerda los nichos con lápidas de los cementerios o camposantos de nuestras ciudades; o si estamos expuestos a una catástrofe con consecuencias no meditadas.




En esta sociedad de consumo los individuos son forzados a consumir por medios artificiales más allá de sus necesidades: de persona a persona, avisos publicitarios, televisión, medios hablados (radio) y escritos (prensa). La publicidad contribuye a cerrar el círculo mágico, pues su uso grava en precios los artículos que anuncia, en un porcentaje elevado, de modo que el consumidor es quien lo paga, cuando compra.




El llamado “Arte Kitsch”, es despertar en los consumidores interés por el consumismo para mantener o escalar el status social. Así esta sociedad consumista ha mal entendido que el arte kitsch es un arte de sustitución de otras necesidades u otros impulsos. Pero el consumo se ha democratizado: productos y servicios que antes eran privilegio exclusivo de las élites dominantes, en la actualidad se hallan al alcance de todos. Lo mismo pasa con el arte. Sin duda que el consumismo, ha producido una auténtica transformación de la vida con arreglo a los cánones anteriores. Es decir, ha puesto los bienes a disposición de todas las personas. El arte, como consecuencia, ha sido autorizado por sus creadores a formar parte de este consumismo masivo y no docto en estética. En otros tiempos, llámese renacimiento por ejemplo, estética y utilidad coincidían. Modernamente, ambos se han  convertido en terminologías confusas para el entendimiento popular, y en muchos casos pasan desapercibidas.




Pero también debemos tomar en cuenta que en el siglo pasado aparece el diseño industrial como un elemento nuevo. Dicen “se trata de la forma viva por sí misma, independientemente de su contenido”, es decir, el nuevo sentido del diseño se trata a veces incluso de enmascarar el aspecto utilitario del objeto que reviste, de forma que colocado en un salón o en un despacho el visitando no advertido, ignore lo que es el objeto que está viendo.




Para su época el Kitsch fue un arte nuevo, lo que tiene un poder de atracción considerable. El concepto de lo nuevo satisface plenamente a las masas y está anclado en su psicología. Hay sectores comúnmente tenidos como “espirituales” donde la presión de la sociedad de consumo es notable: en la cultura, en el arte, en la comunicación estética en general. Es lo que se llama “subcultura” y lo Kitsch está involucrado en él.




Yo lo llamo el “Arte de los Pobres”, porque sus medios económicos, no permiten adquirir obras costosas y de artistas famosos Es la producción de artistas con bajo potencial económico, para consumidores de igual razón. Como arte, contempla todas las formas de expresión estética, de materiales diversos, de menor costo y alegres colores. Aunque es considerado “populachero y muy popular” se encuentra piezas de arte kitsch en todo el mundo.




El término se usa para objetos artísticos y decorativos muy ostentosos, pero de mal gusto. Se aplica como tal en la arquitectura, la decoración, representaciones artísticas, etc. Lo kitsch es una denominación que se da a lo feo, del objeto fuera de las reglas habituales de lo estético.




Pero la palabra “Kitsch” define el arte considerado copia de un estilo existente. También se califica así a cualquier expresión artística que es pretenciosa, pasada de moda o de muy mal gusto. El término empezó a usarse en Múnich (Alemania) a fines del siglo XIX, para describir los dibujos o bocetos baratos o fácilmente comercializables. Lo kitsch era lo que gustaba la nueva burguesía que pensaba, como muchos nuevos ricos, que podían alcanzar el estatus que envidiaban a la clase tradicional de las élites culturales, copiando las características más evidentes de sus hábitos culturales.




Lo kitsch era considerado entonces estéticamente empobrecido y moralmente dudoso. Eran objetos donde se involucraba un secreto desprecio y el deseo de diferenciarlo del “arte culto”, por lo que las piezas se realizan en materiales económicos.




En  Latinoamérica el término “kitsch” es usado para definir una “Kultura kisch” en Argentina, programas de mal gusto en la televisión en Chile, lo sobrecargado de elementos decorativos recibe el vocablo de “polo” en Costa Rica; en México lo llaman “naco” para definirlo como un arte vulgar, en Perú es “huachafo”.




Como vemos la difusión, interpretación y calificación del arte kitsch está vigente en los pueblos y culturales del mundo con igual identificación de lo burdo, lo huachafo, lo cursi, la mala imitación, lo estridente y cuantos otros calificativos más.



domingo, 12 de enero de 2020

EL INICIO DE LA FE









EL INICIO DE LA FE





Mi cerebro está allí y surgen las ideas. No los veo, pero sé que existen. Dios está allí, no lo veo, pero lo siento en mis actos, los que quieren expresar como una cascada, lo que he aprendido del lado bueno de la vida. Se cree en Dios por convicción y no necesitamos verlo porque existe. Creer sin razonar, es el principio de la fe.



Hay una fe religiosa inculcada desde la niñez. Otras, son decisiones que se toman cuando adulto, al no estar satisfecho con la que se profesa. La fe es la decisión que finalmente toma cada quien para adquirir y practicar determinados ritos, costumbres, oraciones, etc.



El hombre en un principio tuvo como propia la “religión del miedo”. Temía a las poderosas fuerzas de la naturaleza porque eran reales, las veía y vivía. Así conoció el rayo, la tormenta, la sequía, y otras calamidades y aprendieron a rendir culto al sol, la luna, las estrellas, el agua, la tierra sometidos por un profundo temor. Eso explica claramente el culto ejercido por los pueblos de los primeros siglos de la humanidad, incluyendo a nuestras culturas andinas. Esos “dioses” han sido loados y representados de mil maneras para marcar su poderío y su intervención de bien o mal sobre los seres humanos.



Con el tiempo apareció la “religión del dogma” totalmente autoritaria, donde no hay salvación fuera de esa religión. Así creen los cristianos, islámicos, mahometanos, budistas y otros grupos mayoritarios en creencia de fe.



A tiempo a llegado la “religión del espíritu” que no se acoge a ninguna institución religiosa y trata en lo posible de hacer cada cual su propia búsqueda, filosofía y decisión, aunque no expliquen las bases en las que se cimenta su creencia.



El hombre siempre ha sido un descontento frente a dios. Un retador del poder divino, un creyente permanente de que dios no existe y solo existe el hombre. El hombre considerando sus imperfecciones, taras, sacrilegios, fanatismo, deshumanizando cualquier principio de fe en un ser superior.



Hay quienes apuestan por la desaparición de las religiones y quienes creen que la fe religiosa es inútil frente a las plagas, enfermedades incurables, deficiencias físicas y mentales en el hombre. Hay quienes hacen de sus costumbres buenas o malas, su propia religión. Por ello el adulterio, el abuso sexual, la sodomía, el robo, la estafa, la mentira, el asesinato y tantas negativas expresiones del hombre hoy, y del hombre de todas las épocas.



Solo nos toca vivir públicamente una vida no secreta sino pública en nuestros actos, dominando nuestras pasiones, enseñándonos a creer y crecer como seres civilizados. Debemos envejecer siendo modelo de los mecanismos religiosos que nos hacen mejores personas y superiores seres humanos. Cuesta creer que seamos solo un pequeño grano de levadura cárnica en el universo gigantesco. Y Dios está allí, para transformar nuestro esfuerzo y nuestra lucha para seguir creyendo.