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martes, 30 de julio de 2013

VOLÓ AL CIELO CON TERNURA




VOLÓ AL CIELO CON TERNURA

(EB-24 marzo 2013)



Al recordarla hoy por su onomástico, he querido que todos la recordemos con este artículo que escribí el día de su fallecimiento.



 




Hay personas que dejan huella sin quererlo. Abren caminos sin lampas ni picos. Riegan jardines con sólo mirarlos, regalan amor hasta saciarnos. Incluyen su alegría, su sonrisa sincera, convirtiéndonos en instrumentos con rostros nuevos, ajenos a las heridas, valientes ante la adversidad. El cielo acaba de robarme su presencia, las nubes no me permiten ver que fue un sol mejor de primavera, y que sus manos acariciaron por doquier, impresionándonos con su propia historia de amor.


Se llamó Magdalena Bustamante Oliva de Villegas, y ha escrito el mejor libro en nuestras vidas. Digo nuestras, porque mis hermanos y yo, disfrutamos de sus modos para expresar el afecto, de sus reglas de cortesía, de su voz suave y sus entremezclados sentimientos donde el amor nunca estuvo a la deriva.



Tía “Magda”, como cariñosamente la llamamos, durante casi sus 94 años de vida, estaba emancipada de lo malo, lo canallesco, lo cursi, lo extremo. Estaba llena de amor a Dios y a las gentes, en particular a los sobrinos para enseñarnos con su ejemplo el mensaje del buen vivir, bien amando al prójimo.



Alguna tarde de los pasados años, nos reunimos todos casados, con hijos y nuestros padres que aún estaban conmigo…y le rendimos un homenaje a la ti Magda, para decirle lo agradecidos que estábamos de ella por su ternura y su preocupado mérito por nuestra educación.



Fue la tía Magda quien llegaba a nuestra casa con la torta de cumpleaños para cada sobrino. La que se esmeraba por contribuir a comprar nuestros útiles escolares, la que nos enseñaba las reglas en la mesa, y las buenas costumbres frente a nuestros familiares y amigos. Con ella disfrutamos muchos años en nuestro viaje campestre a la antigua población de Puente Piedra. Allá donde los tíos Andrea y Apolinario tenían tierras cultivadas, y bebíamos agua de pozo, mientras en la noche escuchábamos música en un antigua tocadiscos R.C.A.Víctor.



Fue nuestra tía Magda, una poderosa colección de virtudes, un ramillete de las más perfumadas flores, un primer juguete en nuestras manos, una primera comunión con estampas impresas.



Cuando joven en Mollendo contrajo matrimonio con Luis Villegas Marroquín, el tío Lucho. Nunca tuvieron hijos, pero nosotros éramos parte de eso que la vida no les dio. Como sobrinos éramos su motor de luz, su lámpara iluminada, la alegría de cada tarde, la paz en su lecho, el zapato en sus zapatos, la imaginación de sus mejores sueños, el afecto más cercano, la distancia más corta, el amor más fecundo.



Hoy que ya no están quiero recordarlos sin despojar mi esperanza que en el cielo tienen los brazos abiertos para apagar nuestros lloros, para seguir mirando a nuestros ojos, para bautizarnos cada día con ternura para que no conozcamos lo marchito, lo fugaz, los torcidos embelesos sin detenernos y continuar la vida con el mejor ejemplo de su amor, y los aires puros, perfumados, en el frescor de cada mañana.



Hoy día he hecho una excepción y me he acercado a despedirme mirándola en su féretro, me he sentido elegido, locuaz en el silencio, nostálgico y triste por su partida. Sólo he llorado ahora que escribo para que la literatura encontrada con mi alma, pueda enseñarle a los demás, que extraño su ausencia, lo indescriptible de un mundo mío sin ella. De ella reclinada ante Dios… cuando su alma se siente consagrada. Feliz la vi en su ciega mirada….

 

domingo, 28 de julio de 2013

NUEVA GENTE O GENTE NUEVA?







NUEVA GENTE O GENTE NUEVA?
(EB - julio 20113)



Observamos en las calles de esta y otras ciudades, una generación de jóvenes que visten igual unos y otros. Los mismos polos con llamativos y grandilocuentes estampados, pantalones anchos colgando de alguna parte de sus caderas mostrando parte de su ropa interior, no usan correa ni tirantes; zapatillas que pareciera tragarse paso a paso la seudo media que calzan; desgarbados,  barbados, desaliñados, la informalidad total. Nunca en la historia de la moda veremos tanto descuido, tan mal gusto para seleccionar sus prendas.


Combinan los cuadros con las flores, las rayas con los lunares. El polo a reemplazado a la camisa y la zapatilla al zapato. El pañuelo para la nariz ha sido reemplazado por cualquier papel, sino es por la mano misma. Las zapatillas están tan sucias como el cuerpo entero. Los aderezos que los engalanan también son usados por muchos de ellos: piersen, tatuajes, aretes, dilatadores de huecos varios, trenzas africanas, rastas e incaicas. Y las chicas que hacen uso de los mismos atropellos sociales, añaden a su informal atuendo, el mal uso de pantalones “a la cadera” para mostrar los “mondongos”, la piel blanquecina como la panza de una lagartija. Ahora en esta fauna juvenil podemos diferenciar por su carácter: algunos se hacen los idiotas, otros son radiantes, también están los que parece que siempre tienen “algo para la cabeza”, están los que recurren a los delineadores, rubor, lacas escarchadas y de las otras, los que usan lápiz labial  y esmalte de uñas oscuro.


 Desde luego su lenguaje, su jerga, también es diferente a otros grupos humanos. Y desde luego todos andan “aguja” es decir misios, sin dinero, sin plata, sin economía fija y son “caleta” en muchas cosas.


 He conversado con algunos de ellos y me han dado explicaciones diversas. La primera es, que los jóvenes no quieren ser tildados de “pitucos”(rabiblancos, gagá, niño bien, etc.) por el hecho de vestirse prolijos, decentes, diferente a los demás del grupo. Otros aceptan no tener gusto para vestir  de otra manera, nunca encontraron un modelo cercano que imitar, no recibieron pautas en familia y simplemente toman lo que encuentran y con eso cubren sus despojos humanos. Y los otros son los que creen que comprando “marcas” (que se venden en el mercado de la informalidad, de la imitación desleal, etc.)No importa lo que se use si la marca dice del “buen gusto” de quién supuestamente la diseñó. Seguramente ignorando que en almacenes de USA y Europa, puedes comprar las mejores marcas a precios irrisorios de verdad. Porque como nadie lo compró, siempre hay un tonto de peor gusto que lo comprará. Las generaciones han ido perdiendo el buen gusto en el vestir, como siguen perdiendo el buen uso del lenguaje, las buenas maneras, las reglas de urbanidad, los valores y otros “exquisitos manjares de una sociedad civilizada”. Sin duda pienso que estamos camino hace mucho tiempo, de mediados del siglo XX a la fecha, a la desaparición de esta sociedad tan informalizada en todo: el matrimonio, el amor, la religión, la política, la educación, la decencia, la moral toda y tan “informatizada” a la vez en todo y en nada. Estamos por regresar a la filosofía del colombiano J Mario del “Nadaísmo” o a la era de las cavernas en el Paleolítico. También debemos reconocer que hay  en este siglo XXI, jóvenes brillantes, talentosos, notables, destacados, sabios, castos, morales, éticos, amigos, respetuosos, marchantes, formales, los agradecidos, que aunque son los menos…lo importantes es que son y existen por suerte.


 Y es que regresando al tema de hoy, el buen gusto en el vestir radica en nunca abuzar de tres colores en nuestra vestimenta. Si es primavera-verano podemos añadir el blanco, o el gris en sus tonalidades más claras. Y si es otoño-invierno el negro y los grises en sus tonalidades más oscuras. Si nos ponemos una prenda llena de colores (camisa, blusa, chompa, suéter, chaqueta, etc.)Obligado es vestir la demás parte de nuestro cuerpo con un color entero de preferencia oscuro (negro, tierra, guinda, verde, azul, gris, etc)


Cuando disfrutando de nuestra economía o apurados por la temporada, o en bonanza permanente de dinero compramos algo, debemos tener en cuenta con qué combinará de lo que ya tenemos en casa. Y sería maravilloso si todos entendemos que el “buen vestir” no consiste en seguir la moda, ni en comprar marcas, sino en saber lucir lo que se lleva, en saber combinar lo que se tiene y en que lo que nos ponemos está acorde con nuestra personalidad, edad y bolsillo.


miércoles, 24 de julio de 2013

HOY ES FRÍO





HOY ES FRÍO
(EB- 13 julio 2013)
Siempre hay un tema o un motivo para escribir. Hoy es jueves. Es de noche…mejor dicho, la noche ha caído fría sobre la ciudad de Lima donde vivo. Es una ciudad caótica, donde el tránsito es como un cáncer que va tragando la vida pacífica de los limeños de antaño, para devorándolos, los vomita en los conos a la manera de un cruel, apabullante y real laberinto.
No he visto una ciudad más invadida por autos, micros, autobuses y otros tan caótica como Lima. Y qué decir de la existencia hoy del llamado “Metropolitano” y el tren eléctrico o “Metro Lima” que alguna vez se concluirá para que funcione correctamente. Tal vez así, podamos empezar a cambiar los saltos que damos para bajar de un bus y subir a una combi o micro abruptamente. Hay lugares donde el tránsito es digno de Ripley por ejemplo las calles angostas de la Lima cuadrada, que en realidad debería convertirse totalmente en peatonal y conservar sus edificios y casonas con respeto. Lo que sucederá cuando quien esté en la alcaldía de la ciudad, tenga amor e interés por hacerlo, independientemente de sus atrapados principios políticos (y económicos).
El caos de Lima se inició hace muchísimos años debido a la migración de los peruanos del interior que buscaron un mejor futuro en la capital. Lima, empezó a albergar gente de diferentes niveles económicos, que en una mayoría no colmaron sus sueños de prosperidad y mejora cultural. Entonces recurrieron a otros oficios abandonando los estudios superiores y técnicos. La preparación de la ciudad para postular a un trabajo oportunamente bien remunerado.
Contribuyó también al caos, la importación liberada de autos y camionetas Station Vagon en los llamados Ceticos. Sumado a la “acogida” de muchos empleados del gobierno de turno a la Ley de Incentivos. Todo ello colaboró a la idea que el negocio “redondo” era hacer taxi o comprarse un vehículo para transporte masivo. Tan falso fue lo que se pensó, que ahora la ciudad necesita un cirujano de primer nivel para extirpar la enfermedad lo más rápido. No es posible que cientos de líneas de transporte masivo circulen de uno a otro lado de la ciudad. No puede ser creíble que una línea haga recorrido de muchas horas de Lima-Chosica, o Callao-Pucusana, Villa Salvador-Ancón…etc y otras rutas, pasando por 8 ó 10 distritos. Lo ideal sería que con un mismo boleto, la persona haga “enganche” de una a otra línea para acelerar su llegada, y para evitar el desorden. Desde luego que nada será suficiente para mejorarlo, mientras las leyes de tránsito y circulación vial, la capacitación de choferes y taxistas, y el conocimiento de sus deberes y obligaciones de los pasajeros, no sea explicado y obligado con castigo pecuniario.
Pero el tránsito no es el problema principal de la ciudad. Hay otros: la delincuencia, el alcoholismo, la prostitución, los marcas, los asaltos, la venta y consumo de drogas, la bulla en discotecas y lugares de concentración humana, lo que evita el descanso plácido de los limeños y lo más grave, está contagiando a otras importantes y prósperas ciudades del interior del Perú.
El invierno, o es un abuso de la naturaleza para los limeños, o un descanso del caluroso sol de verano último. El frío es la culminación sin límites de chalinas, abrigos, casacas, guantes, botas, chales, ponchos y otros. Creo que me equivoqué al decir “ponchos” o ruanas como los llaman en Colombia. Lo cierto es que nadie usa poncho en el Perú excepto los residentes en la zona altoandina. Y eso porque el usarlo, es protesta social, o aceptación del origen “indio” del quien lo luce.
Hay una luminosa versión del limeño en momentos determinados del año. Fechas en las que parece mentira nos olvidamos de nuestros problemas y nos unimos en un solo cuerpo, una sola marca, una imagen completa per se: cuando defendemos nuestros colores patrios y nuestros símbolos nacionales, cuando nos enfrentamos deportivamente a alguien, o cuando destacamos a nivel mundial en un reconocimiento a nuestro país.
El frío nos guarda más temprano en casa a compartir con la familia trozos de vivencias personales. Así en grupo recogemos cultivados pensamientos, ideas, técnicas, consejos de salud, ingeniosos conceptos para seguir viviendo de mejor manera, calificativos en jerga para el enemigo gratuito, inapelables opiniones sobre los políticos corruptos, comentarios sobre las serie y programas de televisión, fotográficos comentarios de las calabacitas que aparecen en comerciales, pasarelas y concursos de belleza nacionales, lo antipático que resultan muchos personajes públicos, y la manera cómo los padres y amigos “alcahuetean” a la persona que mata, vende droga, viola, o golpea…presentándola como inocente ante las autoridades. Finalmente estos últimos, administran de maravilla su dinero infiel, dejando de lado el castigo real para todo culpable.
Muchos santos y hombres inteligentes vivimos todavía en Lima; Muchos religiosos extremos, interesados en apropiarse de universidades, institutos, empresas y otros; Es cada vez más fértil la aparición de sectas o grupos religiosos que con el cuento del “diezmo” lucran con la fe de los creyentes o “incautos”:Muchos participantes de la gran torta de los fondos del Estado; Muchos cirujanos plásticos que matan anualmente a buen número de pacientes, si es que no los dejan tullidos, con tratamientos salvajes; Muchos seductores y seductoras cazadores de fortuna, fama, o posición; Y todos somos de carne y hueso, comemos más o menos lo mismo, sobre todo considerando que el frío nos obliga a hacerlo en mayor cantidad.
También hay los que con palabras bonitas te capturan el alma sin sacarte la ropa; O los que a través de los medios sociales como el internet roban la virginidad de tus hijos, sin mayor problema. Habrá que creer pues que estamos evolucionando para bien o para mal, pero me da la sensación que estamos repitiendo el Jardín del Edén con serpiente, manzana y todo.
Queda seguir para adelante, mejorando en el camino, abrigándose bien y mirar hacia atrás con nostalgia en la historia, la poesía, la ética, buenas costumbres y cosas que se guardan en las bibliotecas…que de esas Lima sí tiene varias muy visitadas…por suerte…Amén.




domingo, 21 de julio de 2013

OTRO INVIERNO DE VIDA







OTRO INVIERNO DE VIDA
(EB- 22 mayo 2013)



Me levanté esta mañana como tú, como todos. Al poner el primer pie cuidadoso en la calle, dije “…ha llegado el invierno” y mientras la llovizna mojaba paulatinamente mis  blancos cabellos y mi cara, repetidamente sentí ese frío rico que nos empalaga cuando llega esta estación del buen vestir, el rico café y el delicioso vino. Así amanecerá desde hoy nuestra Lima, así las cosechan serán más prósperas, y cada amanecer será una sorpresa para ver cuando demos la primera mirada a la calle.


Ya no más baño y caminar desnudo dentro de casa, ni danzar de prisa en una piscina por más que sea temperada. Ya no veremos estrellas brillando en el cielo, ni un sol levantándonos a la mañana. Será equidistantes como en un pentagrama paralelos nuestro abrigo y nuestro frío. Danzaremos imaginariamente de vereda a vereda, como aquella canción de “…pasito a paso otra vez”. Nuestros brazos ya no lucirán los tatuajes, pulseras y reloj del verano. Nuestros ropajes se moverán  al compás del viento, y nuestra sonrisa despertará nuestros músculos de la cara, para hacerlo sin ironía.


Así pasarán las horas, los días, las semanas y los meses, repetidos tiempos de otros inviernos idos. Nuestros pensamientos serán pequeños y nuestras manos se juntarán cíclicamente por el frío. Haremos la tarea de todos los días. Pasaremos del tiempo al tiempo, nuestros bolsillos térmicos calentarán nuestros dedos, y renacerá la canción del olvido.


A veces agitados, otras corriendo, y nuestros zapatos mojados permitirán hacer negocio a los lustradores, y a los zapateros, sino es finalmente al basurero. Los almacenes se llenarán de clientes buscando el abrigo, y los borrachos consumirán los licores malos de las cantinas. Nuestras narices estornudaran, mientras las bocinas de los autos nos despiertan del letargo de la estación. Invierno para guardarse dentro y no exponerse afuera.


Invierno de calles mojadas, y jardines bellos, de taxis que corren y aves descansando metódicamente dentro de sus nidos. Estranguladas chalinas darán vuelta en nuestro cuello y guantes gruesos abrigarán nuestras frías manos. Nuestras narices destilarán gotas rotas de agua, mientras nuestra garganta emitirá guturales y extraños sonidos recordándonos al hombre de la prehistoria.


Allí estaremos tú y yo, tal vez unidos por el viento. Tú y yo hablando desde nuestro móvil para decirnos lo mejor, a distancia, como mirándonos en una pantalla gigante y añorando otra primavera. Allí estaremos como tijeras cortando el viento, como lagunas colmando sus aguas. Al final un paño, como salido de un mito donde los dioses sólo conocen la primavera, nuestra inacabable pereza encontrará la libertad del verano que se fue. La libertad del movimiento que permite volvernos amar, aunque sea …en este invierno.



domingo, 7 de julio de 2013

ESOS DÍAS








ESOS DÍAS

(EB-22 junio 2013)





Algunos dichos del habla castellana, nos hacen filosofar sobre la blancura de nuestra conciencia o la oscuridad de nuestras actuaciones. Sin duda que “a quien madruga, Dios lo ayuda” es el más real de todos. Porque cuando llegamos tarde al trabajo, la universidad o la escuela, todo el día nos irá mal con el jefe, el profesor o nuestro tutor, respectivamente.



En estos días cuesta levantarse de la cama. Lejano está todavía nuestro sueño para traerlo a la realidad del alba. El frío, el viajar, el tener que hacerlo todo apurado, nos cala hondamente y va haciéndonos una costra de incapacidad para hacer las cosas mejor.



Recuerdo que en mis años mozos el frío no era tan intenso como ahora. Parece que a medida que avanzan los años sentimos más, o es que a la tierra le vino una sombra de frío, que se adereza con lloviznas antipáticas que invitan al hambre luego del intenso frío. Entonces comemos más de la cuenta y al final del invierno estaremos con muchos kilos en nuestra anatomía y con ropa ajustada que nos obligará a asistir a una mega mega a comprar trapos como locos para nuestra nueva “silueta elefantiásica”.



Así “ayúdate que te ayudaré”, se repite en nuestros oídos como una radio e incansable nuestros pies de mueven, para realizar las cosas que hemos abandonado en el camino donde se van perdiendo nuestros sueños. Mientras haya seres humanos que se abandonan, la tierra seguirá siendo el mismo valle de lágrimas de siglos anteriores.



Nada mejor que estar bien con Dios y con el prójimo. El diablo no debe preocuparnos porque sin consentírselo está siempre a nuestro lado para tentarnos. Así nacen las amarguras de los humanos, los odios y las antipatías de quienes los rodean. Nos convertidos en insoportables y mediocres porque se apaga nuestra sonrisa y nuestros besos se ausentan.



Aunque siempre “no hay mal que por bien no venga”, y es cuando reflejamos en nuestro espejo la guardada sonrisa del tiempo y la sombra del orgullo ocultados por una estrategia equívoca. Así cuidamos nuestra casa, nuestros materiales riquezas personales y dejamos las espirituales para después. Para el último momento como hacemos con las cosas que se vinculan directamente a Dios.



Porque hay una mayoría que vive a “Dios rogando y con el mazo dando” con violentos sudores y lúgubres noches donde las penas están más cargadas y los humores aprenden a disiparse. Así miran y tratan al prójimo con el peor molde de su conciencia sin brindar ayuda, sin pensar en bien. Y “quien con niños se acuesta ”siempre amanecerá sentido, golpeado, maltratado por la indiferencia de los otros.



Y “como gente de buen vivir, al anochecer, a dormir” volvemos a repetir el mismo disco (léase CD) del día anterior. Otra vez a lo bueno, lo malo o lo feo de nuestra procedencia de animal inteligente dicen. Es otro momento para engañarnos haciéndonos creer que somos superiores, diferente a los demás y que estamos sobre encima del común de los mortales. Hasta que llega el momento que se rompen las falsas verdades y nos enseñan que “es del mal nacido, no ser agradecido”.