COSTUMBRES EN NAVIDAD
(EB-19 diciembre 2011)
fuente: http://videoblog.paradero20.com.pe/2010/12/navidad-cena-navidena-con-sabor-peruano.html
La palabra Navidad es una abreviatura de Natividad proveniente de la voz latina nativitas, que significa nacimiento. Es por ello que se aplica este nombre a la fiesta cristiana del 25 de diciembre, en que se celebra el nacimiento del Niño Jesús. Esta celebración se remonta a los primeros años de la iglesia cristiana, cuando el Papa Telésforo la instituyó en el siglo II. En esa época se celebraron las primeras ceremonias religiosas, en las que la iglesia utilizó el género teatral para persuadir a la gente sobre las bondades de su religión.
Durante la Edad Media en España, se representaba la Natividad en una ceremonia nocturna en la que un grupo de niños vestidos de ángeles cantaban en honor del Niño Jesús y otros ataviados como pastores hacían los coros, después de lo cual se abrían las cortinas que cubrían el pesebre y se mostraban al Niño y a la Virgen, dando paso a la celebración de la misa. También en España a finales del siglo XV, fue representado un auto sacramental del poeta Jorge Manrique llamado Renacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que es una escenificación de la Navidad.
El Nacimiento es la representación plástica de la Natividad de Jesús. En los Evangelios Canónicos se narra con sobriedad la adoración al Niño Jesús por los pastores y por los Reyes Magos, en cambio en los llamados Evangelios Apócrifos se relata con mayor detalle el mismo episodio, motivo por el cual estos últimos fueron los más consultados por los artistas en busca de inspiración para crear sus obras.
La emoción que produce la navidad, es mejor cuando se comparte con quienes cerca o lejos, están unidos a nosotros. Y es que la indiferencia no es apropiada para una fiesta tan importante en el mundo cristiano y no cristiano. Hay tradiciones que se convirtieron en costumbre y costumbres que se convierten en tradicionales. Los hombres de buen corazón sabemos adaptar nuestro corazón a la fragancia que despide la navidad.
Fue San Francisco de Asís, quien la noche del 24 de diciembre de 1223, revivió el nacimiento de Jesús en la cueva de Greccio (Italia), haciendo el primer nacimiento. Allí nació el culto a la navidad. La difusión de este acto por toda Europa y luego por América se expandió rápidamente. De los templos pasó la tradición a los hogares y hoy podemos apreciar “nacimientos” en plazas, colegios, centros comerciales.
De la tradicional imitación en las vestimentas de oriente, hoy se puede adquirir “belenes” vestidos a usanza de lugares distintos. Incluso se adaptan a la etnia local. Así en Perú tenemos “belenes” de costa, sierra y selva que se adquieren en puestos de artesanía. Sin duda lo más importante es el sentimiento religioso que despierta la fecha en los creyentes.
El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne. La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), representa a la Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante el Adviento se diferencian por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo: el azul las oraciones de reconciliación, el plata las de agradecimiento, el oro las de alabanza. Comprobamos que los árboles no pueden ser de colores como el comercio viene distorsionando la tradición.
El pino, por no perder su follaje en invierno, era desde milenios un símbolo de la vida.
Dice la leyenda que Winfred, monje misionero inglés, derribó en el siglo VIII, en lo que ahora es Alemania, un roble bajo cuya sombra los nativos practicaban sacrificios humanos. Cuando después nació en el mismo sitio un pino, Winfred lo adoptó, ya no sólo como símbolo de la vida, sino también como símbolo del Cristianismo.--- Lutero parece haber sido el primero que le puso velas al árbol. El Príncipe Alberto, esposo de la Reina Victoria, introdujo, en el siglo XIX, el árbol de Navidad en Inglaterra. Los inmigrantes alemanes lo llevaron a Estados Unidos, donde ahora se producen más de 35 millones al año. A México llegó esta hermosa costumbre en los años ‘50. Ahora se encuentra firmemente arraigada en las familias de todo el mundo, al igual que el Nacimiento, el cual es de origen italiano.
Pero la impresión más grande es cuando llega las doce del 24 de diciembre y estamos reunidos en familia. Es el momento de la oración a Jesús Niño, los abrazos, los brindis, los regalos y las promesas del perdón .Nuestro corazón se va entrenando para ser un ejemplo de amor. Viene la cena, y terminamos con el tradicional chocolate y panetón.
A la mañana siguiente, cuando ya es navidad, nuestra personalidad ha cambiado, hay un ordenamiento racional en nuestros sentimientos para los demás y para consigo mismo, hay la razón de la belleza expresada en cada gesto, la naturalidad en el buen trato y una melodía que suena y suena ya no sólo para los oídos, sino para cada fibra que mueve espontáneamente nuestro corazón…y todo esto es navidad.
Para mis lectores, mi familia, mis amigos, mis alumnos y ex alumnos, mis colegas….
¡FELIZ NAVIDAD CON JESÚS!
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