HASTA CUÁNDO?...
(EB-4 enero 2012)
(EB-4 enero 2012)
Dicen que “los padres en América Latina no educan a los hijos para la vida, sino la vida para los hijos”..Es decir, los miman tanto, que llegados a cierta edad, es imposible hacerles entender lo contrario. Hoy los padres y los hijos se sienten y tratan como “amigos”, es decir, dejaron de ser padres para convertirse en cómplice de sus propios hijos. La diferencia está en que los hijos-amigos no les cuentan todo a los padres-amigos, sino sólo a sus verdaderos amigos.
Los amigos, son aquellos que comparten sueños, ilusiones, proyectos, afectos, palomilladas, secretos, etc. Los padres somos los que al educar a nuestros hijos, debemos corregir aquello que aceptándolo como “positivo”, resultará siendo una carga “negativa” en la personalidad de quien educamos. El término “educar” viene del latín “educere” que significa conducir, formar, instruir, guiar. Es decir, es un proceso mediante el cual se trasmiten valores, conocimientos, costumbres, formas de actuar, etc. Se educa y desarrolla capacidades, actitudes intelectuales y morales del niño, lo que se sumará al desarrollo de sus fuerzas físicas.
El dicho “árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza” es apropiado para definir un niño que siendo mal educado, cae en la soberbia, el capricho y hasta la delincuencia. La mala educación de un niño lo induce a perder el respeto por los demás, los propios padres y hermanos, sus compañeros de aula, y en muchos casos hasta a su mascota (si la tiene).
Hay veces me es imposible creer que tan mal educan a sus hijos, que siguen desempeñando el papel de padres, aún cuando los hijos forman su propia familia. Sobreprotegen a los hijos y a los nietos. Asumen el papel de caja fuerte o reserva financiera de la nueva familia, solucionan problemas, solventan la economía y hasta pagan los estudios de los nietos, como si estos no tuvieran padres para ingresar a una “solución de problemas” que sólo compete a los verdaderos padres.
Desde pequeños, los niños deben ser educados en la responsabilidad, la honradez, a decir siempre la verdad, a aceptar su realidad económico-social, y en valores y obligaciones religiosas (si los padres son creyentes).Cuando en alguna etapa de la vida los padres y los hijos tiene algún alejamiento, sólo algo que comparten (la fe religiosa, o la intimidad de sus confesiones), los volverá a juntar, a pesar de las diferencias.
Hasta cuándo los padres debemos tener obligaciones con nuestros hijos? Naturalmente hasta que sean adultos de acuerdo a las leyes respectivas en cada país. Pasado ese tiempo, no es que dejemos de asistirlos, pero deben ellos saber que una cosa es recibir alguna ayuda, y otra es dejar la “responsable paternidad” en los abuelos.
Para empezar “el casado casa quiere”, y la nueva pareja debe buscar el lugar apropiado por pequeño u ostentoso que sea, para que se constituya en el nuevo hogar, donde nacerán y crecerán sus hijos, bajo su educación, con normas acorde a ella, y para que asumiendo el rol de padres, sepan hasta el final de sus días que la familia no deja de ser importante, pero “ cada padre con su hijo, y cada hijo con su padre”, es la mejor lección para vivir en paz y personalmente contento.
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