SEMIACOSTADA EN EL SOFA
Semi acostada sobre el sofá-cama amarillo, pareces una niña que el castigo de anoche no le ha permitido dormir. Haces puchero con tus labios carnosos, tus piernas descansan sobre una banqueta azul, mientras tu cuerpo parecer reposar alegremente entre los cojines de rayas naranja, amarillo y blanco.
Te miro, y me complace ver que giraste la cabeza hacia tu lado izquierdo. Tu chompa roja enciende el color de tus mejillas, mientras tus manos se abrazan metidas en la manga de la misma. Eres la ternura expresada en la belleza de una escena que bièn puede inspirar una de mis pinturas, cuando el otoño brinde a mis ojos el baño de pureza que representas hace tiempo para mì.
Encuentro en cada gesto, la simpàtica idea que tengo pensando que estàs aquì para redimir mi pecado de amarte. El pecado que ahora no te escandaliza y a ambos nos complace realmente. Estàs aquì para que reposando como un guerrero después de una gran batalla sostenida de madrugada en tu trabajo de otro sitio, puedas comprender que vale tanto tu presencia física como tu amor virtual, obsequio permanente y cotidiano para mì.
Estàs aquì, para hacerme entender que el amor existe una vez màs en mi corazón. Para brindarme el aliento que parece perdí en los últimos meses de mayo a julio frente a tì, pero sin tì. Estàs aquì para evitar que mi llanto se cristalice en el tiempo y convierta en estalactitas el dolor de un amor perdido y ahora encontrado en tì. Estàs aquì para lavar mi sombra, aplaudir mis logros, sonreir cada noche al teléfono y descansar en mi voz cada madrugada. Estàs aquì para llegar en el silencio de una tarde, cansada, ojerosa, sin deseos de escuchar. Estàs aquì porque quisieras que cada vez que vengas, pueda contentarme con ver que descansas, abatida, agotada, pero también amada,
Preparada para enfrentar otra noche con su madrugada, el frio de este invierno que cala tus huesos, la comida fría que no alimenta tu cuerpo y menos tu espíritu, el cafecito pasado que tiene aroma de placer, mejor aùn si se toma en la compañìa de quien se ama. Estàs aquì desde temprano, cuando el reloj marcò la dos de la tarde, para decirme con tu presencia que el esfuerzo existe, que el amor es primero, que tus dedos tocan en silencio mis dedos, evitando el murmullo, la mirada de los otros que estando cerca pueden descubrir lo nuestro.
Estàs aquì amor, para darme ànimo, para que cada espacio que mi mente gane para crear, pueda convertirse en un maravilloso templo donde habite el color, la forma, la textura y tù...engendro maravilloso que amo ahora, aùn cuando los recuerdos me regalen la figura de alguien que pronto olvidarè por tì...
Estàs aquì hoy 23 de setiembre para recordarme que la primavera existe en ti, que en tu corazón florecen los crisantemos blancos que gusto, que tu aroma es natural y se extiende embriagándome de lujuria, de pecado, de sinrazòn...pero tambièn de elocuencia, de sana pasión, de ternura infinita...! Te amo ¡
Te miro, y me complace ver que giraste la cabeza hacia tu lado izquierdo. Tu chompa roja enciende el color de tus mejillas, mientras tus manos se abrazan metidas en la manga de la misma. Eres la ternura expresada en la belleza de una escena que bièn puede inspirar una de mis pinturas, cuando el otoño brinde a mis ojos el baño de pureza que representas hace tiempo para mì.
Encuentro en cada gesto, la simpàtica idea que tengo pensando que estàs aquì para redimir mi pecado de amarte. El pecado que ahora no te escandaliza y a ambos nos complace realmente. Estàs aquì para que reposando como un guerrero después de una gran batalla sostenida de madrugada en tu trabajo de otro sitio, puedas comprender que vale tanto tu presencia física como tu amor virtual, obsequio permanente y cotidiano para mì.
Estàs aquì, para hacerme entender que el amor existe una vez màs en mi corazón. Para brindarme el aliento que parece perdí en los últimos meses de mayo a julio frente a tì, pero sin tì. Estàs aquì para evitar que mi llanto se cristalice en el tiempo y convierta en estalactitas el dolor de un amor perdido y ahora encontrado en tì. Estàs aquì para lavar mi sombra, aplaudir mis logros, sonreir cada noche al teléfono y descansar en mi voz cada madrugada. Estàs aquì para llegar en el silencio de una tarde, cansada, ojerosa, sin deseos de escuchar. Estàs aquì porque quisieras que cada vez que vengas, pueda contentarme con ver que descansas, abatida, agotada, pero también amada,
Preparada para enfrentar otra noche con su madrugada, el frio de este invierno que cala tus huesos, la comida fría que no alimenta tu cuerpo y menos tu espíritu, el cafecito pasado que tiene aroma de placer, mejor aùn si se toma en la compañìa de quien se ama. Estàs aquì desde temprano, cuando el reloj marcò la dos de la tarde, para decirme con tu presencia que el esfuerzo existe, que el amor es primero, que tus dedos tocan en silencio mis dedos, evitando el murmullo, la mirada de los otros que estando cerca pueden descubrir lo nuestro.
Estàs aquì amor, para darme ànimo, para que cada espacio que mi mente gane para crear, pueda convertirse en un maravilloso templo donde habite el color, la forma, la textura y tù...engendro maravilloso que amo ahora, aùn cuando los recuerdos me regalen la figura de alguien que pronto olvidarè por tì...
Estàs aquì hoy 23 de setiembre para recordarme que la primavera existe en ti, que en tu corazón florecen los crisantemos blancos que gusto, que tu aroma es natural y se extiende embriagándome de lujuria, de pecado, de sinrazòn...pero tambièn de elocuencia, de sana pasión, de ternura infinita...! Te amo ¡
EB-Lima, 23.sept.2005
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