TELEVISIÓN HACIA LO CHABACANO
En una crónica social negativa y de
madrugada, se han convertido los programas “La Noche es mía” y “Enemigos
íntimos”. Lo que empezó siendo un despertar de vivencias de gente de la
farándula y el mundo de la noche, por conveniencia exquisita de roles, ha permitido
que sus conductores se revuelquen en la pobredumbre humana, donde las palabras
se ausentan para dar paso a las expresiones más vulgares, los pleitos más
detestable e intrascendentes, y las historias turbulentas y amorales que como
pasacalles de último nivel, se pasean noche a noche en los dos programas.
El primero de ellos parece que ha
llegado a cansar a su conductor para dar
paso próximamente, a otro. Mientras que el segundo, improvisación obligada de
Aldo Miyashiro y la carencia de pudor de Mónica Cabrejos, son reflejo de una
sociedad enclaustrada y decadente en sus manifestaciones dramáticas.
Ambos programas han pretendido
mostrar temas actuales en su peor expresión como es la delincuencia con armas
de fuego, chavetas y cuchillos. Incorporan historias truculentas donde la
infidelidad de las parejas se una a la procacidad de un lenguaje marginal.
No existe un tema, un frente, un
pudor controlado, sino una pérdida de la razón, la incorporación de la vivencia
íntima hecha pública como modelo de comportamiento usual en un grupete de seres
que se movilizan entre comportamientos absurdos, contradictorios y de procaz
apariencia.
Así en vez de orientar o comunicar
buenas maneras, aún dentro del horario familiar, se llega a una performance
donde el estado de ánimo de entrevistas y entrevistados, linda en un recorrido
en un espacio físico repetitivo y cansado visual y auditivo.
No existe una línea que separe lo
real positivo de lo real negativo. No existe ni la impostación de la voz, ni la
conjunción de dos mundos donde se construya uno diferente, de personajes que
invitan a una vida sobria, elegante, expresiva y lejos de la concepción de la
sociedad actual perversa y corrompida.
Así lo que pudo o empezó siendo
cultural, informativo, ameno, y atractivo, es hoy la interpretación más vulgar,
corriente y chabacana donde se encienden los más intensos problemas de una
crisis que bien se esconde en un largometraje televisivo de personajes,
personas, animadores y desanimados, que plastifican su existencia en el más
ruin de los oficios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario