21 DE
DICIEMBRE DE 2012
(EB- 21 noviembre 2012)
A propósito de las versiones
diferentes que se dan sobre el fin del mundo, los agoreros maléficos, los
predicadores religiosos, los arqueólogos equivocados, los historiados sin
cuenta, los adivinadores de la nada, y los integrantes de culturas
desaparecidas, parecen indicarnos que otra vez “el final está próximo”.
Desde que tuve uso de razón, muchas
veces se acababa el mundo. Ya adolescente, como joven no me interesaba lo que
al respecto se hablaba, porque vivía como todos los jóvenes despreocupado de
todo o casi todo. Ahora que soy un adulto mayor o como dicen despectivamente
“tercera edad”, estoy buscando la manera de evitar este holocausto de millones
de seres humanos que no han tenido
tiempo para ser proactivos, y con otro tanto, que son super felices haciendo lo
que no deben.
Ahora tendremos que enfrentarnos a un
tribunal para decir por primera vez qué hemos hecho de nuestra vida en este
planeta próximo a desaparecer. Entonces podremos hacer un recuento de nuestras
fortalezas: somos inteligentes, dinámicos, de pensamiento crítico, creativos y
cuestionadores. Tenemos experiencia de vida, preparados para crear, cuidadosos
de nuestra salud, participativos dentro de la sociedad, colaboradores con
quienes nos necesitan, accesibles al consejo certero y oportuno, y laboramos en
lugares donde la infraestructura es adecuada…así podremos convivir en otro
planeta para educar a otras gentes para la convivencia, para el respeto.
El respeto que no hemos tenido con el
planeta tierra, pero más grave aún con los habitantes que están a nuestro
alrededor y los que estando en otros lugares y continentes apartados no nos
importan. Ahora tendremos que prepararnos para saber cómo pensamos, cómo
sentimos y cómo actuamos como personas. Aprenderemos tardíamente a reconocer
que nos equivocamos, que cambiamos de opinión, que tratamos de ocultar nuestras debilidades para aparecer
como virtuosos ante los demás. Aprenderemos tardíamente, a que hay gente que
piensa diferente a nosotros, que no disfrutamos de los mismos gestos de
educación, que muchas veces tomamos decisiones equivocadas. Además, no
aceptamos la crítica, que buscamos ansiosamente la popularidad aplastando al
prójimo y que somos nada generosos con los que tienen puntos de vista distantes
o contrarios a los nuestros.
Esa mañana del viernes 12 de
diciembre, nos despertaremos y no quisiéramos ser protagonistas, de esta
historia sin historia posterior. Acabada la vida en la tierra no tiene sentido
nada: ni el arte, ni la informática, ni la ingeniería, ni la medicina, ni el
derecho, ni la docencia, ni el deporte, y mucho menos la interpretación de
textos a capricho de los interesados. Quisiéramos salir volando llevados por un
ufólogo a otro planeta diferente, pero donde continuamos viviendo. Y qué
sentido tiene vivir en otro lugar, si aquí quedó todo lo que amamos: la familia,
nuestro celular, nuestra casa, nuestras ciudades, nuestras playas, el árbol de
navidad, la muñeca de nuestra niñez, la pelota y nuestro equipo de fútbol,
nuestros escondidos secretos, nuestra música preferida, el auto de moda,
nuestras zapatillas de marca, nuestros televisores plasma, la persona que más
amamos, nuestros amores escondidos, nuestra discoteca de moda, y tantísimas
cosas que nos atan a un planeta próximo a desaparecer.
Entonces será muy tarde para aprender
a dar importancia a nuestra higiene personal corporal y espiritual. Será tarde
tal vez para desarrollar capacidades que potencien nuestra autoestima y la de
los otros, que nos desenvolvamos armoniosa y adecuadamente dentro de los grupos
de personas amigos o no, familiares o no. ¿Y estaremos a tiempo tardíamente tal
vez de aprender a aplicar los valores en nuestra vida diaria, pública,
evolutiva?
Aprenderemos tardíamente tal vez, a
ser solidarios con el que está frente a nosotros?, a ponernos en el lugar del
otro para saber qué se siente?...esperaremos el fin del mundo tomando un café o
una cerveza en nuestro lugar preferido? O nos aislaremos en una nube para hacer
oración y clamar al cielo que todo esto sea una vil mentira?Y si no sucede nada?Estaremos reiniciando una nueva
“vida” aprendiendo correctamente lo que es cariño, compromiso, amistad, respeto,
responsabilidad?
Seguramente que pasado el susto,
desearemos permanecer en el tiempo con tranquilidad espiritual y con un gran
afecto sin límites por el prójimo y por nosotros mismos. Aprenderemos a ser carismáticos, originales,
atemporales y siempre en el tiempo hoy. Aprenderemos a tranquilizarnos con las
noticias nefastas, y a tratar de que todos se sientan contentos con nuestra
presencia, sin lastimar a los demás.
Así será hermoso empezar a vivir. Con
otras motivaciones después del susto. Cooperando con el desvalido, el que menos
tiene o nada tiene. Aprenderemos a compartir sin censurar y a amar sin
mezquinar.
Así al día siguiente, sábado 13 de
diciembre de 2012, La prédica apocalíptica nos parecerá lejana. El tiempo
retomará otros descubrimientos en nuestra vida. Aprenderemos a fecundar la
tierra para no abusar de ella, y custodiaremos cada rincón del planeta donde se
extrae el gas, los minerales, el petróleo, los diamantes, los árboles de manera
indiscriminada como si todo en nuestro planeta fuese inagotable. A lo mejor las
grandes corporaciones o empresas empiecen a pagar el justiprecio a sus
trabajadores, y nos quedará como lección que acumular riqueza es esperar otra
vez un fin del mundo.
Porque el fin del mundo está en el
cuerpo, la mente y el corazón de todos los humanos, insaciables en sus apetitos
donde el corazón pasa a un último plano. Donde se custodia lo material y se
olvida lo espiritual. Donde se hace tan difícil dar un abrazo, obsequiar un
saludo, acariciar un niño o facilitar la vida a un anciano. Entonces no se
acabará el mundo, sino que vendrá tiempos nuevos donde aprenderemos a soñar lo
que luego convertiremos en realidad y nuevos vientos cambiaran la manera de ser
cruel en los hombres…
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