LAS COSAS
QUE ME PONEN TRISTE
(EB-12 diciembre 2012)
Hay acciones que me ponen triste: un
anciano caminando solo por las calles o subiendo con dificultad al bus. Sin
ayuda, sin hijo, nieto, sobrino o vecino que asuma con responsabilidad su
cuidado y un mejor trato.
Me pone triste: las personas ciegas,
mutiladas, carente de alguno de sus miembros, trabajando de vendedor ambulante
o controlando la ida y venida de buses y micros.
Me entristece: un niño en harapos,
una madre tirada en el suelo, estirando la mano para solventar el alimento del
día para sus retoños. Hay días que parece que se confabulara la maldad y la
soberbia en la gente. Los valores se pierden o no existen en los jóvenes y
adultos que viven ajenos a la realidad de nuestra pobreza, nuestras carencias o
nuestro fatal olvido por los pobres, los desposeídos, los marginales, los
alejados de todo privilegio. Viajo en un bus y observo gente saturada de
audífonos y enchufes por todo su cuerpo. Escuchan música unos, otros leen, y
muchos se hacen los dormidos, para no ceder el asiento a los adultos mayores, a
las madres con niños o a discapacitados. También escucho un lenguaje ordinario y vulgar para conversar
sin respeto a los seres humanos que estamos alrededor. Incluso los choferes y
cobradores lo practican como si no conociesen otra palabra que puede reemplazar
la grosería.
Me entristece viajar por la ciudad y
ver paraderos convertidos en letrinas públicas, grafitis malogrando el ornato
citadino. La Vía Expresa de Av. Grau, convertida en el basurero de la Gran Lima
y nadie que asuma su cuidado y limpieza.
Es triste ver un niño pobre caminando
por cerros y piedras para asistir a la escuela. Triste también es, ver cómo
desperdiciamos comida, materiales diversos, agua, ropa que otros necesitan
urgente.La espiritualidad que dicen habita en nuestra conciencia se ha
endurecido o petrificado. Es como el peor signo de crueldad e indiferencia de
la que somos capaces los hombres.
Ayer fue la creencia religiosa, hoy
es el color de la piel, el barrio donde vives, la universidad o instituto donde
estudias, la ropa que usas, el celular más sofisticado, los amigos más
distinguidos, señal de los anuncios apocalípticos del 21-12-2012 y todos los
que se fueron y los que vengan, no transformarán en nada la vida placentera,
soberbia y nada ejemplar de muchos humanos.
Como maniquís, su vida en la vitrina
de una sofisticada tienda neoyorquina, son muchos los peruanos que sólo viven
para lo material, olvidando que no sólo de pan vive el hombre, sino también de
la espiritualidad y el sentimiento de caridad ante los demás.
Estoy triste y no me pasa, sobre todo
cuando llegan las fiestas de fin de año. No me pasa y no me pasará hasta que el
mundo en el que vivimos, víctima del juego, los dichos, las palabras, las
poses, la vulgaridad, lo chabacano, lo huachafo, lo procaz, lo peligroso, lo
violento, lo nulo, lo absurdo, lo porno,….. se enfrente de una vez en mis sueños a: la bondad, la sonrisa, la
educación, los valores, el amor pleno, la palabra amiga, la carrera hacia lo
bueno, la concepción de la belleza espiritual, el abrazo, el tierno beso, la
dulce mirada de un niño, el recuerdo del amigo entrañable, el desayuno con
mamá, las manos tiernas tuyas, mías y de los demás.
el festejo de cumpleaños, una puesta
de sol, la ventana mirando hacia el paraíso, la espera de los días viernes,
nuestra mascota favorita, los ángeles sin plumas, el rojo y blanco de nuestra
bandera, los colores en las aves, los espacios maravillosos, las lágrimas de
alegría, la calle de nuestro barrio, la hermosa compañía, la satisfacción de un
baño…el sabor dulce de la fruta…nuestra primera bicicleta, la misa de
domingo…la tinta impresa…el más hermoso sonido…la vida…la luz iluminando la
noche…la serpentina del carnaval…el agua limpia y cristalina…la primavera…visualizar
el futuro….soñar despierto…caminar descalzo después de la lluvia en un campo
verde y de tiernas flores…..Amén.
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