21 de diciembre: ¿fin del mundo o respuesta de la
naturaleza?
Fuente: Fidel Crisanto Gómez
(Antropólogo
Social y Profesor de Ciencias Sociales)
Una
verdad cae de nuestras bocas: ya no vivimos en el mundo moderno sino en el
postmoderno y algo está pasando en nosotros y nuestro planeta, ya no somos los
mismos. ¿Qué es lo que está pasando?, guerras, injusticias y contaminación por
doquier. La gente murmura que la humanidad camina hacia un mundo incierto, solo
veamos la televisión y nos daremos cuenta de ello. Hoy aparece el fantasma del
21 de diciembre y sus efectos que nos traerá.
Terence
Mackena nos dice que estamos “quemando los puentes”, poniendo en riesgo a
nuestros hijos y nietos, y esto es una verdad que no podemos negar. En mi
artículo, “La dictadura de la naturaleza” menciono: “El mundo está al borde
del desastre y las personas ya no deberían tener la seguridad que sus hijos y
nietos sobrevivirán en el mundo medioambiental degradado del siglo XXI. Durante
los últimos cincuenta años los ecosistemas se han deteriorado en manos del
hombre, las regiones secas del planeta que significan el 41% de la superficie
de la tierra han sido severamente dañadas y es justamente donde la población
humana ha crecido más rápidamente. El futuro será gris para las próximas generaciones,
el futuro depende de nuestro grado de racionalidad o irracionalidad, pero
también depende de los cambios en la política y nuestra práctica social. Entre
1,960 y el 2,010 la población mundial se duplico de tres mil millones a más de
seis mil millones, la economía global aumento seis veces y la producción de
alimentos y el suministro de agua para beber se mas que duplicó”.
¿Por qué
el Calendario Maya pone el 2012 como centro de atención de un punto de
quiebre?, Jhon Major Jenkius contesta que, “el Calendario Maya es un sistema de
cálculos exactos. Y que el 2012 tiene que ver con un cambio de rotación de la
tierra. Por ello concluye que estamos al final de un ciclo. Los astrólogos
modernos no niegan la alienación astrológica, el acercamiento del sol y la
tierra, que se produce cada 26 mil años”.
José
Arguelles nos cuenta que los Mayas tenían obsesión por el tiempo, nos habla
también de la “sincronía”, tiempo-naturaleza que según sus investigaciones son
los más habituales. La sincronía son las coincidencias en el tiempo de hechos y
fenómenos, por ejemplo la alienación del sol o cuando el sol cruza el Ecuador.
La
profecía Maya nos pregunta, ¿Cómo estamos viviendo? ¿En qué nos hemos
convertido? ¿Cómo es el odio, amor y el miedo hoy? ¿Algo raro está sucediendo
en el mundo? ¿Una realidad acaba, otra nace? ¿Y, donde jugaran los niños que
nacieron antes del 21 de diciembre y los que nacerán después de ella? Todos
somos conscientes que muchas de las cosas que nos pasan, nosotros mismos la
hemos provocado, ¿Por qué hacemos la cosa así?, la gente no cree que exista un
Dios padre castigador, ¿Dónde estarán sus hijos, mis hijos el 21 de diciembre?
El viejo libro de Jean Rostand, El hombre y
la vida, nos estremece: “el hombre es el resultado de sucesiones de azares.
El hombre no es la obra de una voluntad lúcida, él nació sin razón y sin objeto
como nacieron todos los seres, no importa cómo, no importa dónde, no importa
cuándo. La naturaleza no tiene preferencias y el hombre, a pesar de todo su
genio, no vale más para ella que cualquiera de los millones de otras especies
que produjo la vida terrestre. ¿Qué suerte puede él predecir a su obra, a su
esfuerzo? ¿Qué quedará un día de todo esto?, la especie humana pasará como ha
pasado los dinosaurios. Poco a poco la pequeña estrella que nos sirve de sol
abandonará su fuerza iluminadora y calentadora, entonces de toda la
civilización humana y sobrehumana, descubrimientos, filosofía, ideales,
religiones, nada subsistirá. No quedará de nosotros ni siquiera lo que queda del
hombre de neanderthal”.
Ha
llegado el momento del cambio de una “nueva conciencia”. Dejar de practicar lo
que venimos practicando y enrumbarnos a otras prácticas sociales. No hay forma
de negarnos a ello, sino el concepto cristiano de “cielo e infierno” vendrá
pronto y las influencias solares serán mayores y las capas que cubren el
planeta serán aun más débiles ¿Cree usted que debe haber un gran cambio?,
entonces de eso se trata el 21 de diciembre.
¿Llegaran
momentos difíciles o estamos pasando por momentos difíciles? ¿Qué cree
usted?, nos hemos olvidado de muchas cosas: padres, amigos, hijos, las
cosas sencillas, caminar por ejemplo y las relaciones humanas. Nos hemos
olvidado del espíritu. Para investigadores de talla mundial, el 21 de diciembre
no pasará nada, porque ya está pasando. Estamos viviendo la lucha entre lo
viejo y lo nuevo ¿Qué mundo queremos dejar para nuestros hijos y nietos?, otra
vez la Antropología social tras la nueva conciencia y el buen vivir.
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