(EB-6 julio 2012)
Hoy, como ayer, he recibido muchos saludos por
el “Día del Maestro”. Exalumnos y alumnos sienten que he aportado algo para
cambiar su vida... para bien. Pienso que a todo maestro, le agrada que
reconozcan su trabajo. En un maestro viejo el reconocimiento, el
agradecimiento, el recuerdo aporta mucho para entender que su dedicación sì
tiene sentido.
Por primera vez, ese sentimiento se despierta
en todas las instituciones donde profesionales no docentes, se han empezado a
sentir profesores. Es interesante, porque la situación del Perú cambiará cuando
cada uno de nosotros asuma el rol de educador, de docente, de maestro.
Ser docente es una vocación. Uno se convierte en
tal, cuando tiene paciencia y quiere trasmitir sus conocimientos, o investigar
junto a sus alumnos. Los grandes docentes de la historia, entregaron no sólo su
sabiduría, sino su vida como ejemplo. Como en todo lo que sucede en nuestra
civilización caótica, muchos llegan a la docencia por necesidad económica, por
asegurar un ingreso, por satisfacer sus instintos, por difundir ideas
contrarias al sistema, o sabe Dios por qué tantas otras.
El docente debe ser objetivo a la hora de evaluar.
Se evalúa el proceso de aprendizaje, las competencias, habilidades, logros
obtenidos y el desempeño total del educando. Es decir buscamos que nuestros
alumnos sepan o aprendan a ser eficientes, útiles para si mismo y para la
sociedad que los alberga.
Un profesor es el que ingresa al aula, pasa lista,
escribe en la pizarra, habla….y desconoce al alumno como ser humano. El
profesor, discrimina, juzga, generaliza, critica…Un MAESTRO: escucha, observa,
aconseja, comprende, explica muchas veces, soluciona problemas pedagógicos,
espirituales y psicológicos de sus alumnos. Un profesor pasa al olvido, un MAESTRO
deja huella.
Por ello la historia está recordándonos siempre a
los grandes maestros: Jesús de Galilea, Buda, Gandhi, Teresa de Calcuta, Francisco
de Asís, Cimabue, Jorge Basadre, Gabriela Mistral, Domingo F. Sarmiento, Aristóteles,
en todos los campos de la sapiencia humana. El MAESTRO se hace en experiencia
frente a sus alumnos, en cotidiano trato con ellos, en conocimiento cercano y
vivencial de sus problemas y necesidades.
Pero ¿cómo se prepara el docente?, ¿quién evalúa al
docente?... ¿Cuándo se da cuenta que existe un problema en el aula?, ¿cómo
reconoce sentimientos y preocupaciones
de sus alumnos?, ¿cuándo identifica lo esencial de lo accesorio de una
situación presente?,Contamos con ¿docentes optimistas o intransigentes?,
o debemos contentarnos con los que viven más preocupados por sus problemas
personales y dejan de lado ese apostolado de atender primero a sus alumnos, escucharlos?...¿,
Se inspira en el mundo que le rodea, busca información en diferentes fuentes, y
analiza aquello que considera crítica en su labor?.
En esta época donde el docente no puede corregir al
alumno como en antaño, adaptándose a los cambios debemos primero identificar el
problema para solucionar y debemos
producir para evaluar. La educación es la más hermosa de las vocaciones, la más
grande de las tareas, la más creativa de las profesiones…disponemos del alma y
la mente de un niño o un joven, descubriendo su potencial orientémoslo para
conectarlo con el mundo actual. Un mundo de las ideas, lo virtual y lo real, lo
humano y lo divino…preocupación característica de los intelectuales para
definir el alma de un país como el nuestro y el logro de su destino final.
Somos “MAESTRO” en
nuestro hogar educando a los hijos y en la escuela modelando a nuestros
estudiantes. Somos “MAESTRO” cuando el ejemplo es evidente en nuestra tarea
creativa, cuando inculcando valores enseñamos a respetar la Patria. Somos
“MAESTRO” escuchando al estudiante desesperado, sin escape y sin salida. Cuando
fuera de nuestro horario obligado de clases, hay un tiempo, una palabra, un
consejo...Entonces, seguimos siendo “MAESTRO”...
A todos ustedes, amigos
profesores, mi deseo que este sea un “Día del Maestro” diferente. Donde el
reconocimiento empiece por la sociedad, las empresas educativas, las
autoridades docentes...ya no será necesario escribir la poesía de su
maravillosa entrega...de su silencio...del romántico concepto al servicio a los
demás....de su paciente caminar por mundos imaginarios, fantásticos, creativos,
elocuentes, informáticos, lingüísticos, cromáticos, temporales, espaciales,
visuales.....formativos….Amén.
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