VERIFICANDO
Eres grande y suficiente para llenar
mi mundo.
Amplia, abundante y callada para
guardar nuestros secretos.
Para estar cerca a mi cuando muchos
soles
y muchas lunas hayan corrido en el
calendario.
Para desdentar el mejor lenguaje,
y mostrar el pecho a la intemperie….
Allí está el fondo de la calle
donde furiosamente los perros ladran
y matan tus ilusiones mujer sin
huesos.
Remoto sonido nos alcanza,
nuestro corazón profundamente metido
no quiere aplaudir con sus latidos
la alegría de amarnos, de tocar piel
a piel
antes de lo debido, y después de
haber pecado…
Te doblas ante el dolor y gritas tu
aventura.
Te quiebras en llanto y aplaudes la
dicha,
estar aquí y pensar allá
vivir allá y morir aquí,
son tus pensamientos atrevidos como
el viento.
Hoy las cosas pequeñas sí importan….
Las palabras no cansan, atropellan,
ponen de rodillas al ingenuo creyente
de fantasías ateas,
aman venir con el tiempo y abrir
nuestra boca desfalleciendo.
Así tus palabras y las mías quedan
rotas
mi boca se contiene para emitir
otras,
mis manos se endurecen, luchan por la
vida
mueren sin fe y sin agonía
verificando me pongo de rodillas y
estoy alerta…
Porque el silencio es el mejor
testigo, la luz da la mejor visión,
conquistando la agonía de conocernos,
la protección que el cielo nos
obsequia
la seguridad que nos regala
diariamente la vida.
Nuestro amor es la xilografía no
impresa
de nuestras atribuladas conciencias…
Y los acosos de la gente que nos
mira, nos juzga y nos abruma.
Entonces mi pecho acribillado vuelve
al frente
como un diccionario desafiando la
muerte
como un breviario implorando la vida.
Está allí y tú conmigo
no importa el lugar ni el tiempo
para buscar amor, para encontrar amor,
para morir amándote.
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