DE VIAJES Y OTRAS FRASES
(EB-29
marzo 2014)
Hacer
un viaje tiene varios motivos. Generalmente hay quienes viajan por placer,
otros porque sus amistades se den cuenta que tienen los medios económicos para
hacerlo, y los menos, viajan para conocer disfrutando de las artes, la
historia, el paisaje y la amabilidad de la gente.
Dos
son los motivos que me impulsan a viajar: el exponer mis trabajos y dictar
conferencias, y el disfrutar de la amabilidad que la gente tiene para conmigo.
Generalmente ambos están engarzados a verdades comprobables. He vuelto a
ciudades como Miami (USA) cinco veces, y he añorado regresar a Quito (Ecuador)
en más de una nostálgica oportunidad.
Cuando
llego a una ciudad siempre es por una exposición de mis pinturas y conferencias
sobre temas del Perú y el arte. Así emprendí una gira artístico-cultural por
Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, y México allá por la
década del 70’.Entonces me enamoré de Cartagena de Indias y
Manizales(Colombia), y desarrollé una fructífera labor como artista en
Bogotá(Colombia) donde viví por espacio de seis meses. En este viaje conocí en
Ciudad de Panamá a Irma Gladys Isaacs Alcívar, y me casé con ella, una joven
mujer amante del arte y de las exquisiteces del mundo social.
También
me he enfrentado a los demonios del clima como en Guayaquil (Ecuador), Caracas
(Venezuela) y Panamá. En todos esos lugares hice amistad con artistas,
arquitectos y empresarios. Duran hasta la fecha amistades continuando un sinfín
de afectos y recuerdos compartidos.
Viajar
es vivir el “siempre” no el momento. No engañarnos para que la mentira se haga
dueña de nuestros gustos. Aprender a amar y valorar lo que conocemos, y
disfrutar al máximo de su potencial ofrecido. En todos sitios se cuecen habas,
es decir en todos los lugares hay partes lindas, bonitas y feas.
La pobreza no
es exclusividad de nuestro país, pobres encontraremos en todas partes. Cuando
viajo mi cuerpo y mi alma viajan solos, camino entre sombras y luces, y veo
pasar el tiempo con la rapidez con la que vivo cada instante. Soy un turista
aburrido, no me gusta perder mi tiempo caminando horas de horas para conocer.
En ese aspecto soy un turista norteamericano y no guardo mi sonrisa para los
naturales de los sitios que visito. Me quita el sueño la belleza de los
monumentos emblemáticos de cada ciudad, Me hacen soñar por ejemplo los caballos
de una plaza en Bordeaux(Francia) o la imponencia de la Torre Eiffel(París). Me
atrae la belleza de la mujer colombiana, la educación exaltada de los ticos(así
llaman a los de Costa Rica), la humildad de los campesinos en Ecuador, y la
grandeza territorial de México.
En
todos sitios hay gente cultivada o culta, hay incansables conversadores, hay
paisajes encantadores y gente de valía y amabilidad sin límites. Nunca he
encontrado a gente que te empuja para fracasar en mis sueños, por el contrario,
siempre encuentro manos amigas que se extienden para solucionar problemas,
necesidades, deseos, y un sinfín de vivencias mías.
En
todas partes que ando, he visto labrar la tierra, confiar en el hombre, en
noches hermosas tomando un café a orillas de un río y amaneceres del mismo
molde frente al mar exquisito. Confieso que el hombre está hecho de carne y
hueso en todos los lugares. Que los helados son igual de frescos y deliciosos
por doquier, y que hay cosas que no tienen sentido para el hombre, como ver
niños abandonados a su suerte en las calles, o ancianos penetrando en una nube
de olvido y enajenación personal.
No
sé a dónde me dirigirá el próximo viaje, sólo sé que cuando llegue la hora,
será un largo camino por recorrer con mis bártulos de pinturas, ropa, un libro
obligado para la lectura y un cargamento especial de mis pastillas de cada día
y cada noche. Entonces, la comunicación entre el lugar visitado y mi conciencia
será tan delicioso como una primera vez…..
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