LO HUACHAFO
EN LAS REDES SOCIALES
(EB-12 setiembre 2012)
Invitar a una reunión en tu casa o un
club, es lo ideal cuando quieres comentar algo de tu vida privada: un viaje, un
acontecimiento, un secreto, una broma subida de tono. No debemos utilizar las redes
sociales para contar aquello que queremos quede en el ámbito de nuestro “grupo
social”. Es huachafo, cursi y de mala sombra, estar en una red que leemos y usamos millones de personas y soñar que
sólo deben leernos nuestro “distinguido y exclusivo grupo social”. No hay más
grande huachafería. Hay
personas que quieren mantener su vida en privado, porque viven así o porque
creen haber sido engendrados en el cielo y son diferentes a los demás. Cuando
uno quiere tener privacidad en las redes sociales, evita comunicarse con la
gente y así no se dan situaciones embarazosas y desagradables para su
estirpe....
La huachafería, siempre ha sido la
comidilla de los peruanos. Se nace y nos hacemos huachafos. El sentirse
diferente a todos los que son de esta tierra, es huachafo. El pensar que sólo
“yo” tengo acceso a restaurantes o clubs de categoría, “es “huachafo”. Como
también lo es, los que creen acceder a vuelos en primera, zona
VIP(terriblemente huachafo). Por algo en la vida, unos alcanzan sitiales
importantes por la brevedad del tiempo, el cargo o el dinero. Otros con ojos
desorbitados no nos queda más que soñar, ansiar y desear disfrutar de lo
nuestro, de lo que nos corresponde, o de lo que queremos realmente disfrutar.
Sentirse más inteligente, más europeo
o más bello que los demás, también es típico de los huachafos de nuestros país.
Tener como ideal la belleza que no corresponde a nuestra raza, es una
silenciosa huachafería. Es huachafo no involucrarse con el necesitado, no
respetar a nuestro personal de servicio, hostigar y perseguir a nuestros
subalternos, caminar ciego por la vida sin ver a los demás. Al final descubrimos
que sentirse “superior” a los demás, es la más grave huachafería.
Es huachafo vivir en una zona “pituca
o seudopituca”, pagando el alquilar del cuarto o departamento con el sueldo de
mi mujer o de mi marido, por el sólo hecho de decir que vivo allí. Como
huachafo es aparentar una situación económica y social que no poseo, y andar
pidiendo becas y ayudas de beca por nuestros hijos en los centros educativos.
Es huachafo decir que lees lo que no
has leído, sólo por no dar a entender tu desinterés por la lectura. Huachafo es
sacar a relucir tus parientes o importancia social, cuando enfrentas
irresponsablemente a la policía. Como huachafo es, no ser original en cada acto
de tu vida.
Eso es y seguirá siendo, el cómodo
papel del hijito de papá o mamá que está acostumbrado a que todo le caiga del
cielo. Hoy más que nunca las distancias entre las personas se disminuyen. Todos
tenemos opción de alcanzar lo que soñamos, con oportunidades, sacrificio,
estudio y entrega. La protesta por mejorar nuestras vidas nace de adentro.
Llegamos a ser lo que queremos ser, gracias a la dedicación.
Diferenciarnos de los demás, sólo
permite aislarnos del resto. Todos los
seres humanos somos capaces de sentir la felicidad cada cual en su nivel
peninsular o isleño. Depende cómo queremos vivir e interrelacionarnos con los
demás. Al final de la vida, queda la satisfacción de haber cumplido nuestro
papel en este lugar terrestre, el hecho de no vivir de apariencias, el
sonreírle a nuestra propia modesta u opulenta fortuna, el cerrar los ojos
pensando que la esperanza fue lo que nos alentó para vivir en comunidad, y que
la familia es el modelo primario y último, de la razón de ser como somos.
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