EL HONOR Y LA PERSONA
(EB-19 de octubre de 2011)
El honor es muy útil para muchas cosas. Entre otras, da valoración a la persona y a grupo de ellas. Se actúa y vive con honor todo el tiempo. Se forja a cada minuto en la vida propia de la persona, la familia, la institución o el país. El honor es una hermosa y pública virtud de la que hacemos gala en la vida social, comunitaria, nacional e internacional según sea el nivel de la persona o personaje frente a la comunidad.
Cada día descubrimos en nuestros medios masivos a los “pecadores” que reclaman con “honor” respeto a su persona, cuando él o ella no han sabido respetar a los demás. No entendemos cómo muchos políticos y personas ligadas a empresas, instituciones varias y otros, cuando cometen una falta grave recurren al “honor” tratando de disculpar la situación problemática o conflictiva en la que se ha sumido. Quien actúa en estado alterado en contra de la virtud, carece de honor y no debe escudarse en él pues lo ha mancillado con su actitud negativa. El honor no otorga título académico, lo da la impecable historia de la persona en relación a la forma de vida que lleva. Lo poseemos todas las personas, sin importar el nivel social, cultural, económico, religioso o político. Tiene una directa relación con el desarrollo de virtudes del individuo como: la justicia, el dominio propio, el amor, el respeto a los demás, el cumplimientos de las normas y leyes, decir la verdad siempre, actuar con sabiduría e imparcialidad, comportarse de forma correcta, las que le da a la persona la facultad de poseer honor.
Alguien aplica su honor de manera arbitraria, “lo ancho para mí y lo angosto para los demás”. Si entendemos este dicho, podemos descifrar la actitud de los congresistas que bajo el cuento de la inmunidad parlamentaria, han llegado a ocupar el cargo habiendo delinquido sin honor, sobre el honor de otros. Consideremos que quien engaña a los votantes, engaña al Perú y debe ser castigado drástica y ejemplarmente por carecer de facultades como el honor. Más grave aún la actitud negativa en estos días de Omar Chehade(2do.vicepresidente), el show mediático de Alberto Quimper(exdirectivo de Perú Petro), etc.
Si todos estuviésemos enterados de lo que es el honor, el país marcharía de mejor manera y nuestras relaciones humanas estarían en constante cosecha. Lamentablemente, el mal ejemplo siempre viene de los “poderosos” que apoyados por las autoridades judiciales, la PNP y funcionarios de toda calaña, actúan de manera repetitiva encontrando siempre una disculpa.
A todo esto se suman los abogados que sabiendo que la persona ha cometido delito, se prestan para reforzar la mentira, mintiendo más. Lo cual a mi modesto parecer, debe ser motivo de cárcel para el abogado que se colude con su defendido para hacer creer a la sociedad que es una persona con “honor” e inocente.
En la actualidad, el derecho al honor, asociado a otros derechos, como los relativos a la propia imagen y a la intimidad personal y familiar (incluyendo el derecho a la protección de datos), y sobre todo al concepto de dignidad humana, es objeto de protección jurídica tanto en las distintas legislaciones nacionales como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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