REFLEXIONES DE FIN DE SEMANA
“Mi país está mal”, dice mi
amiga Gloria Dunkelberg Correa, distinguida pintora, y compañera de trabajo en
el Toulouse Lautrec.
Nuestro país está mal hace
mucho tiempo desde que permitimos que nuestros vecinos se apoderaran de un
territorio que era nuestro, Está mal porque arriesgamos inversiones extranjeras
de los mismos que ultrajaron nuestra bandera. Está mal porque quienes deben
servir a la Patria, se sirven de ella para su propio beneficio: robando,
coimeando, asaltando, mintiendo, lapidando.
Está mal el Perú, porque la
educación es para los ricos y la gran masa no tiene derecho a ella porque “es
bueno” conservar una mayoría analfabeta, que estirando la mano reciben de los
políticos, almanaques, polos y juguetes de mala fábrica, para quedarse callados
y no denunciar a los maleantes que hoy ocupan las curules en los estamentos del
estado.
Está mal y se está gestando
en las mayorías un grito que nacerá del alma para acabar en una revolución sin
bandera, en dirección opuesta al abuso, la mentira, la maña, para acallar la
democracia, que finalmente parece no ser el mejor sistema para gobernar un país
como el nuestro.
Está mal la televisión
porque presenta a nuestros niños y adolescentes un mundo de extraviados
personajes preocupados por su figura física, dejando de lado la formación
académica, con una inteligencia digna de ser imitada.
Está mal el deporte porque
creamos ídolos de barro, que nos traicionan permanentemente. Está mal los
periodistas que murmuran pero no gritan las desesperanzas de un pueblo cansado
de tanto abuso. Están mal tantísimas cosas, que el lamento de todos los
peruanos crece día a día, buscando entre los desmemoriados el culpable de
nuestro error.
La pregunta es ¿qué está
bien en nuestro país? Será tal vez la comunión naciente de jóvenes con otras
esperanzas? O los niños que aprenden a compartir con otros niños?, O los
políticos que hacen de la palabra un consuelo para afligidos? O seguramente ¿serán
los colores blanco y rojo de nuestra bandera?
Será tal vez un “Somos
libres, seámoslo siempre”, O entender que la igualdad es para todo el pueblo
así como la luz es para iluminarnos a todos…por siempre ante el Dios de Jacob…
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