TIEMPOS DE INJUSTICIA
Es posible que hasta hoy, el
cielo esté lleno de la gente que queriéndola partieron a la Casa del Señor. Siempre
hay una razón para partir, por suerte es el cuerpo el que flaquea, es el alma
la que sostiene y soporta todo el peso de haber sido habitante de un planeta en
crisis. Un lugar donde todo parece formar parte del pasado con predominio de
muertes, asesinatos y expresiones que lindan en lo infrahumano.
Qué está pasando con la raza
humana que por todos lados de occidente y de oriente, vemos actitudes
desproporcionadas. No hay respeto a la vida, las ideologías están
convulsionadas, el sexo predomina como cartel de atracción para la crisis
permanente. Es una época de decadencia dentro de la cordura humana. Se ha
perdido el naturalismo y el realismo para ingresar a la abstracción del sentir
y pensar. El hombre no hace mención de su moral, sino alarde de sus
desviaciones. Destacan sobre todo los crímenes entre esposos, padres a hijos,
hijos a padres, choferes al volante, amantes objetivos, ánimos subjetivos.
El individuo ha pasado a ser
una clase cuya existencia peligra por donde se mire. No hay manera de
clasificar tanto horror, tanto desvío, tan diabólica actuación. La expresión
temperamental de la gente nos introduce al mundo de horror que todos los
noticieros en radio, televisión y prensa escrita, nos comentan con grandes
titulares, y fotografías demasiado evidentes para aceptar lo trágico, lo
dramático como algo natural.
Cómo cambió la vida de los
años de mi niñez, a esta adultez que no sabe si permanecerá libre o tendrá que
caóticamente asociar muerte con vida, o
vida con muerte.
Cómo se pasó de un respeto
por la vida humana a un contrasentido sobre el vivir. Hay una extraña
combinación de lo macabro, lo diabólico, lo
alucinógeno, y sensaciones e imágenes que conducen al individuo a no
respetar vida ajena, ni propia. Así me da la sensación que Dios hizo al hombre
a su imagen y semejanza, pero las fuerzas del mal vienen torciendo el verdadero
camino de las virtudes teologales que debemos poner en práctica.
La psicología moderna, la
psiquiatría, la medicina, han evolucionado para atrás en vez de prosperar. Es
inevitable que la ciencia, la filosofía, la ética deben encontrar otros caminos
donde el hombre regrese a ser el centro de la creación, en pleno uso de sus
facultades mentales y el ejercicio de sus tareas espirituales.
Así puedo levantarme una
mañana y sonreír aún con ausencia del sol de estos días. Así puedo cerrar los
ojos y descansar cada noche cuando entrego la libertad de mi sueño al Dios en
el que creo. Así la autosuficiencia volverá a funcionar en el espíritu de los
hombres, y la sumisión a nuestros positivos modelos de comportamiento hará que
los medios nos brinden una información, sana a la vez que cuerda e inteligente.
1 comentario:
Muy interesante Enrique como tratas el tema de la muerte algo que
lo vemos cercano y también lejano según nuestro estado de ánimo,
comparto tu opinión a como la sociedad moderna ya sea occidental
y cristiana u oriental se han vuelto demasiado violentas infundir
enero terror y caos en éste mundo globalizado
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