TEMOR Y PÁNICO
(EB-30
abril 2012)
Me
he preguntado muchas veces ¿ a quién beneficia los comentarios, publicaciones y
noticias sobre “el fin del mundo”? Trataré hoy de dar luces al respecto.
Sin
duda a los grupos religiosos. Siempre predican “el castigo divino”. Un dios que
castiga, un sometimiento ciego, un acatamiento con temores, una filosofía del
engaño en muchos de ellos. De allí surge la idea que para “ganar el reino de
los cielos”, hay que renunciar a las cosas materiales y donarlas a los
integrantes dirigentes de su grupo religioso.
También
las grandes potencias. Les agrada atemorizar a la gente, robotizada para sus
satisfacciones personales. Manejables con el miedo y los temores, ebrios de
teorías científicas para luego caer en la duda o el fracaso.
Son
interesados también los grandes complejos científicos de laboratorios. Los
mismos que crean con un sorprendente apañamiento de otros, miedo en la
población. Con enfermedades que no existen, plagas que no nos llegan, vacunas
que son inútiles, males que sólo nacen en la mente pervertida y malévola de
quienes las crean, y apoyan en silencio o públicamente el mal. Así han
aparecido enfermedades en diferentes épocas de la historia y con mayor
abundancia en estos dos últimos siglos.
Los
médicos, quienes al igual que los laboratorios aceptan plagas, males endémicos,
enfermedades inexistentes para recetarnos los productos fabricados por los
laboratorios, de los que reciben prebendas y obsequios por difundir con el
cuento de “muestra gratis”, la compra de medicamentos inocuos e inútiles para
nuestra salud.
La
prensa escrita, hablada, y televisiva, que
recoge estas informaciones apocalípticas y las difunden diariamente sin
respeto de la reacción que podamos tener quienes nos informamos, y la manera
que psicológicamente somos afectados por estos informes sin sustento.
Desde
que soy niño (estoy próximo a los 70), me han hablado y he leído del “fin del
mundo”, como si a la manera de los “sabios del horóscopo” pudiera leerse en una
bola de cristal, lo que las fuerzas naturales(para los no-creyentes) y las
divinas(para los que creemos con fe y convencimiento). No ha habido año, ni mes
que algún medio, secta, personaje, o aventurero literario haya hablado de este
final que nunca llegó. La tierra tiene millones de años y el firmamento igual.
Quien hizo todo esto, sin duda sabe lo que hizo y por qué lo hizo. Quien ha
creado una máquina perfecta como es el hombre, sabe por qué lo hizo y para qué
lo hizo. Perfecto en sus funciones, movimientos, pensamientos y reacciones ante
lo psíquico, lo natural, lo ofensivo, lo sensible, lo anatómico y otras facetas
que los hombres venimos enfrentando desde que tenemos uso de razón.
Sé
que a los científicos y a los predicadores de medio pelo les falta descubrir
para asustarnos logrando sus malos propósitos. Nadie es dueño de la verdad, y
la razón por la cual se formó nuestro planeta, será la misma razón para que se
destruya. Si esa es la intención de la ciencia y la filosofía. Dudo que lo que
creó con un fin, desaparezca caóticamente por otros fines.
Nada
más maravilloso que la maternidad, el visualizar la apertura de los pétalos de
una flor, aprender a caminar, ha hablar, y cuando joven aprender a soñar. Tanta
maravilla en el planeta, no puede destruirse de la noche a la mañana. Salvo que
sea yo,uno más de los que estamos equivocados.
Sí
me preocupa la manera cómo el hombre se ha convertido en un mal usuario de la
tierra. La deforestación, la tala indiscriminada, el envenenamiento de las
aguas y el oxígeno, la lujuria cotidiana sin respeto ni moral, las guerras que
destruyen ciudades y directamente a los seres humanos, la capa de ozono, la
flora y fauna siempre atacada por el hombre, la destrucción de territorios para
buscar metales, gas o petróleo. Me preocupa, la falta de amor de muchas madres
por sus hijos recién nacidos, la drogadicción que ataca especialmente a los
jóvenes y cada vez en edad más temprana. Me preocupan las criaturas de la noche
que aturden nuestra vida cotidiana y siembra terror en cada esquina. También
los clarividentes de la nada que cada vez gestan su personal dinero a través de
los tontos. Me sigue preocupando la ausencia de fe y el aplauso a todo aquello
que nos condena a vivir con temores a pesar de nuestra inteligencia y nuestra
fe.