PERJUDICIALES Y JUDICIALES

PERJUDICIALES Y JUDICIALES

(EB-21 setiembre 2011)

“Cómo han cambiado los tiempos”, diría una señora mayor, al comentar con sus amigas las noticias que llegan de diferentes rincones del planeta, y también de nuestro amado Perú. Algunas se disparan con una búsqueda de publicidad a cualquier precio, otras indican un comportamiento de frustración arrastrado durante años, y algunas más serias y aparentemente responsables, siempre ocultan algo.

Para empezar me parece vulgar, y de tonta motivación el desnudarse en Argentina de Mathías Brivio, lamentable principiante de nuestra televisión nacional. Siempre buscando cómo llamar la atención, no importa si daña con sus actuaciones la reputación de sus hijos y ocasione molestias ajenas a laureles de placer y el aplauso. Lo más grave de su escándalo es sus comentarios contra Chile, en un momento donde nuestras relaciones bilaterales se mantienen en buena amistad o podrían ocasionar un grave litigio internacional si la Corte Internacional de La Haya le da la razón al Perú. Pero más grave aún e imperdonable para la estética corporal griega, es desnudar un cuerpo nada apolíneo, cercano a las formas de un adolescente regordete.

Otro caso, es el del futbolista Víctor Ulloa, arquero del club deportivo Carlos A.Manucci de Trujillo, quien luego de perder con su equipo, despotricó contra la señora árbitro, restando sus méritos como mujer dándonos a entender que en su familia también “las mujeres sirven sólo para cocinar y atender a los hombres.” Ese criterio tan pasado de moda y poco acertado, esperamos no sea la opinión de todos los peloteros cuando pierden un encuentro.

Mónica Sánchez, realizó una osada sesión de fotos para una revista colombiana, nos dicen los medios de nuestro país. Hay que ser muy incauto para creer que no existirá “osadía” cuando de por medio hay dinero. Conectarse con la desnudez por el precio de la paga, no importando el comportamiento frente a la pareja, hijos, familia y amigos cercanos, no es ninguna novedad. Quienes se niegan permanentemente a hacer los desnudos, están esperando una oferta de dinero mejor para hacerla. Sin duda que esto puede traer consecuencias muy graves, pero hoy por hoy todo está permitido. Y cuando es por dinero, es arte, dicen.

Finalmente, nos parece propio de una enfermedad sin cura, la manera como la folklórica cantante Abencia Meza, se atreve (desafiando a las autoridades judiciales del país), a beber licor en exceso, manejar, llevar una acompañante en el mismo estado y luego decir que “está arrepentida” y que no lo volverá a hacer. Ya es tiempo que gente como ésta aprenda que hay actuaciones que no causan buena impresión, que son un malísimo ejemplo para las generaciones nuevas, y que la vida privada de alguien debe convertirse en tal, ajena a los medios donde la publicidad intrusa está a la orden del día.