¿Cuánto imaginó el hombre a través de la historia, para hoy día volar?...Y es que desde que el hombre aparece en la prehistoria tuvo una preocupación por las aves. Observando a las aves tan libres para levantar su vuelo que las conduce al paisaje elegido, pudo ensayar su teoría. Allí ellas se quedarán, harán su nido, alimentarán a sus crías y finalmente, volverán a levantar vuelo.
El sueño de un artista del renacimiento italiano, en pleno siglo XVI se hizo realidad cuatro siglos después. Gracias a Leonardo D’Vinci, volar ya no es un proyecto, sino una realidad total. Volar por los cielos de un lugar a otro, en el menor tiempo posible. Miles de millas consumidas por la velocidad de un aparato, cuyo peso está sustentado por principios y leyes científicas. Así el hombre llegó a volar, convirtiéndose en un pájaro más. Naturalmente, el proceso duró muchos siglos. En un principio usando diversos y sofisticados materiales, fue probando equivocaciones, construyó su sueño de volar y lo hizo realidad.
Volar, ha sido un sueño ansiado por el hombre desde la mitología de los pueblos. Crearon sus dioses para atribuirle ese privilegio. En la mitología griega Dédalo para escapar de los abusos del rey Minos de Creta, construyó alas para él y su hijo Ícaro. En la puerta del sol de Tiahuanaco encontramos al dios alado y con una corte de geniecillos que lo escoltan o rodean. Quienes trazaron las famosas líneas de Nazca, sin duda se treparon en cometas gigantescas para dirigir matemáticamente los diseños. También en el cristianismo las visiones celestiales, las apariciones divinas, los ángeles, arcángeles, querubines y serafines cumplen la meta no-humana de elevarse a los cielos como lo hacen las aves. San Francisco de Asís recibe las estigmas de un Cristo alado en el Monte Alvernia. El éxtasis, levitación, y otras expresiones cristianas están fundados en las alas o pérdida del peso humano para convertir a la forma en etérea y levantar vuelo.
La escena de Cristo caminando sobre las aguas en el lago Tiberiades e invitando a su discípulo Pedro a hacer lo mismo, es una manera de vuelo sobre la superficie baja de la tierra. La ascensión de Cristo en cuerpo y alma al cielo, es la expresión de un vuelo místico.
Pero la cinematografía abunda en encuentro cercanos con naves extraterrestres y las historias sobre el vuelo. El hombre ha llegado pues a volar convirtiéndose en un pájaro más. Hoy el ala delta, los dirigibles, los planeadores, los paracaídas, los globos aerostáticos, las cápsulas espaciales, los aviones, el helicóptero, son demostración de lo que puede el hombre con su talento y creatividad paciente, pero certera. Permitirle al hombre volar, experimentando un vuelo, lo hace ser libre y le proporciona la alegría de la fuerza que trasmite la velocidad….seguramente llegará el día en que los humanos tengamos que subir a una nave espacial para ir a poblar otros planetas, otras galaxias. Sigo pensando que el Dios en que creemos, no sólo hizo al hombre a su imagen y semejanza, sino que hizo otros “hombres” con el mismo resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario