LOS CRÍTICOS DEL ARTE
(EB-19 de julio de 2010)
Recibí la llamada de un joven estudiante de
Recuerdo los años ’60 y ’70 en Lima cuando Juan Acha (peruano) y Marta Traba (argentina), disfrutaban haciendo crítica de los plásticos de la época. Luego vendrían Lucho Lama, Elida Román, Jorge Villacorta y otros. No puedo decir si tuvieron o tienen aceptación entre los “criticados”, porque muchos de los que se llaman “críticos” se involucran en vínculos de amistad y comerciales con los artistas que defienden, y eso no está bien. El crítico debe ser totalmente imparcial y realista para emitir sus comentarios. Su escrito es la mejor aplicación de sus conocimientos estéticos (si los tiene) porque hay también varios de ellos que llegaron al Perú y se han convertido en pontífices de asuntos que han ido aprendiendo en el camino.
Personalmente nunca me ha interesado lo que escriben sobre mi trabajo, aún considerando que personajes en sus respectivos países como Hernán Rodríguez Castello (Ecuador), Germán Ferrer-Barreda (Bogotá) y Felipe O.Pérez (Panamá), ……han comentado sobre mi trabajo artístico y no sé si ello haya influido en quienes adquieren mi obra. El espíritu crítico es el principal promotor del desarrollo orgánico de la capacidad artística de los productores del arte (pintores, escultores, fotógrafos, grabadores, etc.) Pero las opiniones con respecto a ellos no se han ocultado. Para muchos los críticos de arte son artistas fracasados y castigan con su pluma a todo el que le cae mal, independientemente de su obra. Para otros, son resentidos sociales que toman la crítica sólo con la finalidad de malintencionadamente crear un marco de enemigos del artista. Y para otros, son improvisados “escritores” porque eso es lo que mantiene su economía.
Personalmente, he conocido y conozco a todas las expresiones de fauna y flora de críticos de arte. Hay los que venden su buena crítica cuando el artista les obsequia uno de sus trabajos; los que derraman a los cuatro vientos y malévolamente una imagen distorsionada del trabajo artístico; y hay los que ajenos a las prebendas, obsequios y chantajes se dedican a comentar educadamente a los expositores. Creo que de por sí, sea buena o mala crítica, el artista continúa o mejora su trabajo por su personal decisión. Y están los que conocedores del tema, orientan con su comentario las corrientes estéticas de una época, ciudad o país, sólo por el hecho de convertirse en una autoridad aportante. Denis Diderot, es considerado el primer crítico de arte moderno, por sus comentarios sobre las obras de arte expuestas en los salones parisinos, realizados en el Salón Carré del Louvre desde 1725….Recordemos a Louis Leroy que emitió crítica sobre el movimiento “Impresionista”(Degas, Renoir, Cezanne, Pisarro, etc.) o a Louis Vauxcelles criticando el trabajo de los “Fauvistas” (Matisse, Derain, Marquet, Vlaminck, Dufy, etc.) y finalmente a Paul Fierens de
“En él la expresión es ante todo; la expresión de este elemento humano que a nosotros nos es difícil juzgar y que Rouault descubre y exalta, considerándolo desde el exterior con una ironía que se apodera de lo grotesco, de lo feo, de lo vil, y con un dibujo que tendería a la caricatura, sino hubiera la gravedad de los sentimientos y de las intenciones; pero cuyo interior Rouault imagina y reconstituye en el ambiente dramático, proyección de sus angustias, donde el rictus y el gesto cotidianos toman súbito su significación más pavorosa”.
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