GERMAN FERRER BARRERA

Fuente: http://www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=24

GERMAN FERRER BARRERA

Hoy siento horror, por una semilla que va mal germinando las vidas que se interrumpen, lamentablemente cuando tienen sentido. Nos estamos convirtiendo sorpresivamente en cavernícolas de la prehistoria. La muerte está en la esquina. En el tiempo siempre, para recordarnos que hay que cantar diariamente un himno a la vida. De esta forma, cuidaremos como una cúpula protectora, los hermosos colores, rechazando la misteriosa y confusa participación de la muerte. Somos cavernícolas y estamos perdiendo el respeto por la vida, a diferencia de nuestros antepasados andinos que eran permanentes celebradores de la vida.

El 1970 emprendí un viaje por América Latina hasta los Estados Unidos. Cumplí con invitaciones hechas por amigos de museos, galerías e instituciones culturales que vieron en mi juventud la oportunidad de promocionarme como artista plástico. Fue en Lima que el pintor José Carlos Ramos, gran y entrañable amigo, me recomendó que a mi llegada a Bogotá, no dejara de conocer a Germán Ferrer Barrera, director del Museo de Arte Contemporáneo. Cumpliendo con su pedido, llegue a esa ciudad y contacté con este joven entonces como yo, artista, promotor cultural e inteligente promotor también de artistas. La visión de Germán hizo que inaugurará la Sala “Fernando Botero” del museo, con una muestra que se llamó “Formas y Colores del Perú” de mi autoría. Fue todo un éxito en la concurrencia de personalidades, artistas, galeristas, periodistas y autoridades. Gran parte de mi obra se vendió esa noche, mientras la bandera de mi Perú se lucía en el ingreso del museo llamada Plaza de Banderas. Todo el éxito gracias a Germán Ferrer. Después la muestra pasó íntegra a la afamada galería Colseguros de la Carrera 7ª. A los 6 meses que viví en esa ciudad, se sumó mi ciclo de conferencias de arte en el Colombo-Americano y el sorprendente éxito de mi ciclo de “Estética de la obra en la Historia del Arte” en el Colombo-Italiano, con la colaboración publicitaria también del Colombo-Alemán. Detrás de todo eso, siempre la imagen de Germán Ferrer para brindarme su apoyo incondicional. Fue él quien me abrió las puertas de la cultura en Colombia. Así cumplí una programación con excelentes resultados en: Manizales, Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta y Pereyra. Cuando salí de Colombia “mi pintura estaba dejando de ser peruana” para convertirse en latinoamericana.

La promoción, mi agenda artística era obra de Germán Ferrer, a quien quiero recordar en esta nota hoy. Había nacido en Boavita-Boyacá (Colombia) el 19 de junio de 1942. Estudió en México, Panamá, y Colombia: museografía, Gestión Cultural, cerámica, pintura y otros. Para entonces el Padre Rafael García Herreros, a las afueras de Bogotá había emprendido el Barrio El Minuto de Dios, nombre con el que en la radio y la televisión bogotana llegada a millones de personas. Pensó el P. García que no sólo era suficiente dar casa a la gente pobre de la capital colombiana, sino que deberían tener un museo para ver obras originales y despertar en ellos el interés por la superación personal a través del estudio. Y a su lado estuvo Germán Ferrer para fundar el museo MAC (Museo de Arte Contemporáneo), del cual fue su director hasta el último día de marzo de 1979. Después fue director artístico de la Fundación Alzate Avendaño. En 1984 creó la Fundación “Los Elegidos” en Sutatausa. Posteriormente se desempeñó como gerente de la cooperativa de artistas “Cooperartes” para promocionar y proteger a los artistas plásticos y visuales. El trabajo artístico de Germán Ferrer lo constituye: cerámicas, pinturas figurativas y abstractas, esculturas, fotografías; escritos de un sinnúmero de textos críticos, catálogos de arte y libros.

En el tiempo que lo traté su don de gentes era admirable, siempre una sonrisa, una gentil medida de afecto, grande como la geografía de su país Colombia. Impresionante por su obediencia hacia el arte y sus caminos, Personaje así me hubiera gustado que fuera eterno y que el mundo se convirtiera en la gran casa donde viviera prodigando su ayuda y su lucha por siempre, Que fuera humano y tierno para pedir las cosas, demostrando su hombría de colección…pero a los 52 años fue asesinado en extrañas circunstancias frente a su casa del barrio “El Minuto de Dios” del padre García Herreros. Como es natural pensar, el museo que él dirigió abrió su mejor sala para velar su cuerpo. La multitud lo acompañó hasta su último refugio…y yo recién lo supe hoy a través del internet.

Pienso que no se puede ser indulgente con asesinos que borran una vida del planeta, pero nada indulgente aún cuando es alguien especial que ayudar a otros. Mucho me gustaría saber algo más sobre él para contentar mi corazón evitando mi llanto, Me agradaría que se diera la importancia cuidadosamente a un hombre que fue fiel y perfuma con su mente al alma de todos los que lo disfrutamos.

¡Descansa en paz …Germán Ferrer Barrera!

(EB-29 de noviembre de 2011)