fuente: www.ivanloyola.wordpress.com
COMERCIALES EN LA TV
(EB - 27 de abril de 2013)
Estamos
cansados de ver comerciales televisivos de niños sucios, nada prolijos, que se
ensucian la ropa con naturalidad y madres que les consienten, con el cuento que
tienen tan jabón o detergente que limpia hasta la última fibra del tejido. Esas
madres deberían ir a una escuela para padres para aprender a amar la limpieza
con prevención, y no generar suciedad extraviada.
Igual
abuso presentan los comerciales de las toallas higiénicas femeninas que uno se
tiene que tragar a la hora del desayuno, almuerzo o cena. Creo que a ninguna
señorita le gustaría que el sexo opuesto, sus amistades y parientes del mismo
sexo se enteren de algo que debe formar parte de su intimidad.
Y
vienen los comerciales de las cervezas, donde pintan prototipos de vivos, el
gordo haciendo de tonto, las chicas semidesnudas, y una cerveza que no necesita
comercial porque todos los bebedores de cerveza saben cuál es la mejor, aún
cuando no se publicite como otras, desesperadamente.
Y
dónde dejamos los comerciales de los pañales, donde presentan a los bebes como
máquinas para hacer pila y popo, durante las 24 horas del día. A estos se suman
los de los fideos, que todos sabemos que son igual después de su cocción,
aunque quede la esperanza de disfrutarlos no por su color, porque ese lo da la
crema que se le pone encima.
La
pregunta que me hago es, ¿estamos tan mal de creativos, diseñadores y editores?
Que se repiten y copian unos a otros. ¿Los comerciales van dirigidos a ese
público que en millones gozan una película como “Asu mare”?.
Otra
cosa que nos llama la atención es la manera grotesca que se utiliza a los
maestros de ceremonia o animadores de los programas para aprovecharlos y que se
lancen un comercial de tal o cual producto para que sus honorarios sean
completos.
Pobre
nuestra televisión y si eso es visual y auditivo y lo ve millones de personas,
no digamos nada de lo que pasa en las radioemisoras tan venido a menos con
lenguajes procaces, imitaciones que confunden a los niños, e imitadores que no
tienen talento para nada.
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