DÍA DEL PADRE
(EB-20 de junio de 2010)
En una época como la actual, necesitamos un padre al alcance de todos… que entregue su caudal de virtudes para imitarlo, que nos brinde un abrazo para sentirnos fuertes, que su mente guarde los momentos más hermosos como un álbum viviente, que su corazón enseñe a latir al nuestro y su amor pueda amanecer con nosotros como hermoso sueño. Así las sombras serán menos intensas, nuestros movimientos serán más ágiles y nada estremecerá nuestro esfuerzo. Un padre vigilante, que antes de amigo sea realmente padre. Que sea el candidato permanente de nuestras ilusiones, el conquistador aplaudido de nuestros proyectos, la oración final cuando llega la noche, el pan de cada día, el profesor cuya lección nunca acaba.
Rindo homenaje a los padres trabajadores modestos, a los profesionales y técnicos, a los que se encuentran lejos, a los consejeros, los dialogantes, los que escuchan, pero sobre todo a los que educan con el ejemplo. A los que están lejos, a los que se ausentaron. A los que están privados de ver a sus hijos, a los que con sacrificio brindan una pensión, a los que asumen además las tareas domésticas, a los que luchan sin cansancio superando mil dificultades, sacando adelante a cada uno….a los que también lloran ante la impotencia, a los que la noche los cubre con su manto de tristeza…..a los que ríen con sus hijos y prenden lucecitas de alegría en su corazón siempre. A los que sueñan ser padres, a los que proyectan la ilusión de adoptar un hijo.
Así me permito recordar a mi padre CARLOS ENRIQUE BUSTAMANTE QUÉDAS (Lima 1912-2004), cuya memoria es el traje que me cubre cada día, la ausencia del miedo, el amor por el trabajo, la mirada tierna, el camino a seguir, la luz, la mano, los cabellos blancos. Allí donde él está, sólo las estrellas pueden iluminarlo para recordarle, cuán grande fue y sigue siendo después de su partida..¡FELIZ DÍA PAPÁ!
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