(EB-febrero 2010)
Cuando leo algunos de los mensajes que me llegan diariamente por el Internet, me queda una desazón, que no permite después evaluar lo recibido, sino anularme como persona en la lucha por la existencia de los seres humanos de manera organizada y con sentido.
Algunos amigos bondadosos, religiosos e inevitables, me enviaron en estos días “El Tercer Secreto de Fátima” y detalles de la película “2012”, dejándome con toda mi estructura deseosa de acabarlo todo y con todo, porque siento la muerte cercana y de esforzado instinto de ser la peor de ellas. No es que no estoy consciente que a la vida continúa la muerte como un proceso normal de todo ser vivo. No es que tenga miedo de morir. Tengo temor de ¿cómo voy a morir?...porque naturalmente no soy de fierro, soy tan humano como cualquiera y la duda queda siempre abierta a los conflictos de esas fuerzas malévolas que anuncian cada día sólo catástrofes, destrucción, represión de la naturaleza para los que ocupamos un espacio.
Estos envíos por Internet lo único que hacen en interrumpir nuestro quehacer cotidiano, para malévolamente introducirnos en un mundo desconocido, aberrante, destructivo a la vez que cruel. Es la destrucción de la cultura, la economía, la belleza, todo producto de bondadoso origen, sumado a la desintegración total de lo existente.
He sabido leerlos y acostarme para no pensar más. Sometido al sueño, me he levantado para engañándome, creer que nunca lo leí y que no recibí esa información. Me pregunto ante tanto vaticinio (la tierra saldrá de su eje, habrá terremoto de 8 horas, el sol no alumbrará durante 3 días, fuertes vientos huracanados, millones de seres muertos, etc.)…. ¿Qué dios malévolo nos enviará horrendo castigo?
He hablado al respecto con personas supuestamente informadas del tema y recibo opiniones más responsables a la vez que consoladoras. Mientras más cerca llega la respuesta a mi mente, mi corazón se tranquiliza. Luego pienso, que alguna mente alterada puede enviarnos mensajes tergiversados tomando el nombre de Dios, la virgen, los científicos, y otros personajes de nuestras creencias, con el fin de convertirnos a todos en “ángeles” y desaparecer a los “demonios”. O es que existen algunas mentes irracionales que se han puesto de acuerdo para infundirnos miedo, temor, culpa, pecado y obligarnos a sabe Dios qué fines, donde sin duda son ellos los que obtienen las mejores ganancias.
Es que nuevamente nos enfrentamos a una corriente del bien y otra del mal, cada cual presentando su propia visión de un mundo potencialmente bueno o malo. Estos mensajes de Internet, o los que leemos en los periódicos, y vemos en la televisión de “Profecías”, que vayamos a saber quien las habrá inventado, interpretadas a su capricho y beneficio, para reprimirnos, utilizarnos, someternos…..para desalentándonos, quitarnos todo vestigio de entusiasmo por la vida.
Lo que sí recuerdo desde niño, es que todos los años se anuncia “el fin del mundo”.Algunos dan fecha y hora, otros desafiando la propia naturaleza desean manejar nuestra voluntad, para liberarnos después de obtener lo mejor de nosotros. Eso de pasarse la vida estableciendo normas para “purificar” la humanidad, en una movilización moral masiva, reprimiéndonos, derrotándonos psicológicamente es propio de seres sin corazón y sin amor por lo que significa la vida.
1 comentario:
Solo Dios sabe la verdad, y lo mas sensato es hacer lo bueno ante los ojos de Dios y no ante los hombres...
Buena publicación, profe
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