¡SÓLO ES UN BREVE ADIOS!
Hay acontecimientos que nos conmueven, nos desubican y nos hace comprender que el hombre tiene límites. Hay largos días en la historia de cada uno de nosotros, que nos han hecho pensar que cuando no hay respuesta a nuestro llanto, a nuestra súplica, está Dios frente a nosotros, como origen de todo lo que existe.
Era César David ese joven que estudiaba III de secundaria en el colegio “André Malraux” de Monterrico. Disfrutaba con sus compañeros, la alegría de los patios de recreo, los Juegos Florales donde siempre era premiado, pero sobre todo de la amistad y cariño que le proporcionamos cada cual en la dosis necesaria. Algo interrumpió su vida, pero no su entusiasmo. Se enfrentó a ello, se hizo grande y creció en diferentes formas. Nos unió para hacer frente solidariamente a su mal. Nos dio lección de vida en cada noticia que gestaba su proceso. Parece que muchos encontramos una manera clara de entender lo grave de su enfermedad y lo grande de su lucha. Allí estaban sus padres, sus hermanos, su familia, sus amigos, sus compañeros del Malraux, y todos girábamos en el más grande deseo de su regreso a Lima en mejores condiciones. Pero Dios tiene otros designios, y César David está con Él porque lo consideró justo y necesario. Ahora es un ángel que cuida ya de nosotros, para que espiritualmente vivamos nuestra propia vida, con el mismo amor con que él vivió la suya.
Hace un mes su partida ha generado hermosos cambios en nuestra conciencia. Difícilmente podemos dudar que nos ha dejado un halo de esperanza para pensar en César David sin angustia, sin alteraciones, sin ilusorias e inanimadas condiciones…sólo veo que la fe nos ha sacado de la rutina para unirnos a orar, para ensamblar con nuestra actuación de creyentes, el reencuentro otra vez en la Casa de Dios, que es la casa de todos los que sabemos que la ausencia física nos duele, pero el consuelo del hermoso lugar donde ahora se encuentra, nos obsequia una imagen de alegría, de protección, de gozo, de triunfo….de vivir espiritualmente para siempre.
Descansa en paz, querido César David Leyton Arce.
Lima- Perú, sábado 20 de febrero de 2010
Parroquia Nuestra Señora de la Alegría
San Borja, 9 a.m.
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