EL SILLÓN DE LA ALCALDÍA
(EB-7
julio 2014)
Estremece
para voltear la cabeza, saber la cantidad de candidatos que se presentan como
sucesores en las alcaldías de todo el Perú. Allí no hay juegos de la muerte,
hay dinero contante y sonante, hay aplausos y sobonería Hay mano que meter para
guardarse no miles, sino millones de dólares y también hay botellas de champan,
ceremonia para ungir cabezas, y una embarcación para apoderarse de los caudales
de la alcaldía.
En
épocas pasadas eran los notables, los de estirpe quienes ocupaban las
alcaldías. Eso explica por qué el señor Juan Rissi Manfredi y su señora Josefina
Larco de Rissi, ocupó el sillón municipal del distrito de Breña en Lima, por
varias veces. Eran personas devotas, decentes, y con un firmamento de relaciones
que podían hacer de la pampa donde los Nosiglia tenían su hacienda, un lugar
para vivir holgadamente.
Pero
la política entró a las municipalidades y salieron con la idea del “voto
popular”, para elegir alcaldes. Y como tijeras al viento, se tejieron redes
dentro y en las orillas de cada distrito limeño, para que los integrantes de
los partidos políticos de siempre, encontraran un botín que hasta los piratas
lo hubiesen respetado, porque era patrimonio de todos los residentes.
Así
los Nosiglia se fueron de Breña donando un enorme terreno donde hoy se ubica la
G.U.E. Mariano Melgar y que en sus primeros años se llamó Emilia R. de Nosiglia
en agradecimiento a la matrona limeña que hizo la donación. Igual donaron en
otros distritos de hoy los Labarthe, Bentín, y otras familias pudientes con el
mismo fin. Hoy, estas escuelas emblemáticas, sirven para formar jóvenes en el deporte, las ciencias, las artes y las
letras.
Volviendo
a lo de las municipalidades, pienso que no hay que tener sangre en la cara para
postular por enésima vez al sillón, o pagar para que te acepten como postulante
a la candidatura, o regresar para seguir robando y engañando a los embaucados
electores.
Hay
que ser muy caradura para haber hecho un gobierno de fracaso en fracaso, de incumplimiento
de promesas, de blablabla o de mudez congénita, para postular nuevamente al
sillón. Hay que tener una conciencia muy frágil o ausencia de ella, para con el
cuento de la melancolía, convencer a los tontos que esta vez sí se harán bien
las cosas.
Pero
también existe otra opción. Para los alcaldes que quieren repetir el plato, nos
preguntamos si vale la pena votar por mal conocido o por buenito por conocer.
Lo
cierto es que los días se despintan, las promesas crecen en cantidad y en
monto, los gritos en las campañas son ya inexpresables. Los insultos de unos
candidatos a otros son sorprendentes, y caminando llega octubre y otra vez las
mismas caras, los mismos gestos, las mismas sonrisas y los mismos amigos de lo
ajeno ocupando el sillón municipal.
Generalmente,
quienes incursionan en política caminan contra la luz, nunca se transparentan
porque son el alma del demonio echada contra sus propios hermanos de sangre y
nacionalidad, a quienes van enterrando poco a poco con su indiferencia, su
silencio, sus falsos juramentos y promesas, y sus despedidas del sillón para
volver a postular “porque me lo han pedido”.
Así
va muriendo la democracia, porque el pueblo descerebrado es manipulado, porque
hermanos se enfrentan contra hermanos, porque nunca les decimos adiós a los
falsos políticos, y porque la cárcel está cerrada para tanto sinvergüenza “de
cuatro suelas” como diría el “ilustre” Hugo Chávez.
Espero
que en las elecciones de octubre cada cual tenga clara la situación, que no nos
acuesten en una cama de clavos para padecer soportando a un mal alcalde por
enésima vez, y porque veamos florecer tantos parques, alamedas, y jardines de
la ciudad tan abandonados como el corazón y la mente de muchos votantes…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario