NAVIDAD DEL AMOR
(EB-5 de diciembre de 2011)
El color ha servido hasta hoy para identificar objetos, flora y fauna, etnias, clima, banderas, alegorías, equipos deportivos, etc. El color decía alguien “es lo más sagrado de las cosas visibles”.
La navidad hasta hoy, se identifica con el verde y el rojo de su decoración. Aquí y en cualquier lugar del mundo, son los colores tradicionales para una fecha tan importante en el calendario de los cristianos en particular, y de la población mundial en general. Son colores que enlazan la pobreza de Jesús que nace en un pesebre. Humilde ante los humildes y Señor de señores en su triunfal paso por este planeta. L a navidad es la fiesta de Jesús, reconocido como el principal motivo de nuestros festejos.
“No hay navidad sin Jesús”, el humilde, pobre, sencillo, productor de milagrosas realizaciones en el corazón de los creyentes. Jesús el niño cuya vida fue corta, pero que se acrecentó a través de miles de años para trascender en la vida ejemplar de quienes lo encuentran y hacen de la propia un ejemplo cristiano.
Digo esto, porque a pocos días de festejar tan maravillosa fecha, una vez más se comercializa objetos que desdicen del tradicional festejo. No es correcto que con el afán de vender, este año los árboles y las decoraciones sean: negro, fucsia, turquesa u otro color, con el deseo de confundir nuestras raíces cristianas celebratorios, en el afán de hacer dinero a como dé lugar. Mucho tiene que ver las transnacionales que desvirtúan la fiesta, con sus productos, obligándonos a adquirir para estar a la moda.
Lo importante es saber guardar respeto por la festividad. Entender que Jesús es el centro de nuestra alegría. Que priman la unión familiar, y particularmente los niños y ancianos para ser reconocidos con el más grande amor. Que la cena, el chocolate, los brindis y nuestras comidas, sean fruto de esa entrega a la fecha. Que nuestros regalos, abrazos y besos, nazcan del corazón. Que aprendamos a perdonar. Y que sobre todo, entendamos que es la unión de todos en el amor de Jesús. No comercialicemos la fecha y respetemos nuestras costumbres tradicionales.
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