INCUMPLIR O CUMPLIR?
(EB-22 setiembre 2011)
Molesta el incumplimiento de las personas. Comprometerse para no iniciar, continuar o terminar algo, es propio de la irresponsable actitud de muchos compatriotas. Lo vemos en la política donde el respaldo al incumplimiento es generalmente unánime. Por ejemplo las miles de promesas incumplidas con diversos sectores de la sociedad peruana: médicos, enfermeras, maestros, militares, policías, obreros, trabajadores en general, consumidores, asegurados, etc. Es decir hay que vivir sacrificado permanentemente porque las promesas del Estado no llegan a los interesados como debe ser.
Lo vemos también en la educación , donde cada cierto tiempo se cambian las reglas del juego,. Conforme cambia la autoridad o el gobierno, varían a capricho de quien dirige. Se acumulan normas, que a la postre nadie cumple ni respeta. No hay más desafortunada tarea de peruanos que la educación arcaica, sin investigación, maestros improvisados, autoridades nombradas a dedo que se ha hecho ya tan familiar, que no queremos darnos cuenta.
Lo vemos también en los grupos religiosos, llámese sectas u otros. Se predica la renuncia de los bienes materiales, la donación obligada del “diezmo” bíblico a su templo, criticándose lo materializado de una vida que debe estar ajena a la práctica de cualquier religión. Mientras los pastores, prelados, sacerdotes y otros encargados del culto, se dedican a vivir cómodamente, construyen y se hacen propietarios de inmobiliarias, colegios, iglesias, empresas,etc. en base a los bolsillos de los creyentes temerosos del castigo divino.
También encontramos ese incumplimiento en los hogares donde el padre, la madre o ambos, no predican con el ejemplo a los hijos. No se interesan por la reputación de la familia, ni la conducta moral de los integrantes. Emprenden comportamientos que lindan en lo hipócrita, lo mimetizado, o insincero sin preocuparse por la forma cómo afecta la educación de los integrantes.
Y finalmente, la mentira es la base de un comportamiento incumplido. Cuánto más se incumple, más se miente. No existe prosperidad sin sacrificio, sin entrega, sin cumplimiento. Controlar nuestros vicios, malas pasiones o deslices tan propio de humanos, es lo mejor que podemos obsequiarnos a nosotros y a quienes ven como un espejo, cada movimiento y actuar de nuestra existencia. Soñar cumplir, es una experiencia agradable para los incumplidos. Es un sueño feliz cuando se logra, o un vacío permanente para continuar mintiendo…..y viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario