A TI PERU
(EB-27 julio 2011)
Hay un relato visual que aprendí desde niño. Mi padre cumplía años el 27 de julio, y decía que las casas se embanderaban en homenaje a su cumpleaños. Cuando pasaron los años, entendí que era una de sus tantas y finas bromas. La bandera estaba allí en las casas, porque esta es tierra de hombres inteligentes, fuertes ante la adversidad, comandantes de su propio destino. El Perú es protagonista de las más bellas historias del enfrentamiento con la piedra, el barro, la roca, el río, el mar, la nieve, la arena, las montañas y el amor, recorriendo nuestro inmenso territorio para disfrutar tiempo después de nuestras comidas, y dulces a la manera de un Jorge Chávez queriendo vencer la altura en Los Alpes, Miguel Grau piloteando El Huáscar frente al enemigo, o Túpac Amaru despedazándose a los cuatro puntos cardinales, sabiendo que “no podrán matarlo”. Así es el hombre peruano cuyos brazos son herramientas para abrazar las estrellas, y pedirle a la luna se apague para descifrar el misterio que envuelve a Machu Picchu...
Así los Andes y la Selva Amazónica, siguen siendo el último vestigio al que se aferra la humanidad para saber que la vida existe y puede prolongarse, para seguir amando y habitando este planeta. Así todo ruido destructor se amilana en nuestras costas marinas para no interrumpir la esperanza de paz que tiene nuestra fauna y flora, rico alimento de todos los peruanos. Es que nuestro mar es un inmenso y profundo jardín del cual se nutre nuestro “ceviche” millones de veces para no equivocar el sabor de nuestras comidas. Para entender lo grandioso que es el Perú cuando nos damos la mano en la desgracia, la destrucción, de una naturaleza que celosa de nuestro bien, nos castiga cada cierto tiempo para recordarnos que somos tan humanos como los otros humanos.
Hemos aprendido a amarte Perú para consolidar nuestra sangre roja, en tu bandera. Para exterminar todo odio por respeto a nuestros antepasados, buscando siempre la paz fuera y dentro de tus fronteras. Hemos aprendido a convivir sin diferencia de raza, creencias, o posición. Y el tiempo ha hecho realidad nuestros sueños, imprimiendo en nuestros andenes miles de sabores de nuestra papa y miles de colores de nuestras frutas, para obsequiarnos la discreta sonrisa de una mañana de sol.
Hoy somos ajenos al peligro, a la sed, al odio, al martillo que golpeando fuertemente destruye toda ilusión. Hoy el viento sacude a la dirección apropiada, y las flores soltando sus aromas nos conducen a la gran empresa de unión e iluminación.
Hoy a ti Perú rendimos nuestro homenaje, por conducirnos en el trabajo hacia el camino verdadero, por acompañarnos con nuestros apus a la urgente necesidad de disfrutar del sol que es nuestra moneda, por alejarnos de la angustia, la depresión, el desaliento, las carencias y llevarnos a la prosperidad y a la realización.
¡VIVA EL PERÚ”
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