OTRA VEZ ANTIOQUÍA
(EB-7 febrero 20011)
Alguna vez he dicho que “Antioquía es un pueblo para el turismo”, y efectivamente eso es lo que comprobamos cada vez que por alguna razón viajo dos horas desde Lima, por la carretera a Cieneguilla y llego al kilómetro 65 para encontrarnos. Esta vez, viajé de noche aprovechando la carretera asfaltada y con todas las de la ley que el gobierno actual está realizando. Pronto llegará al pueblo y eso facilitará el turismo enormemente. En esta oportunidad estuve coordinando durante meses con mi amigo Gustavo Carrillo Guzmán, ilustre peruano que trabaja en la Escuela de Gestión y Negocios Internacionales de la Griffith University, de Queensland, Australia. Acompañado de los especialistas Dra. Robin Iredale y el Dr. Tim Turpin de la misma universidad. Todos ellos vinieron a dictar un “Seminario de Capacitación en desarrollo de Turismo Sustentable”…Durante dos largos días y con una concurrencia de más de 20 personas invitadas de la Cuenca Media del Río Lurín (Pachacamac, Lurín, Huarochirí, Cochahuayco, Antioquía y otros).Se analizó la manera en que pobladores, autoridades locales y nacionales, podemos hacer para que este pueblo declarado en el 2009 “El Retablo más grande del Mundo” por el Guiness Record, pueda recibir a los miles de turistas nacionales y extranjeros que concurren para disfrutar de sus atractivos.
Difícilmente un pueblo pueda ofrecer: fiestas costumbristas, mitos y leyendas, festivales, canotaje, turismo vivencial, mirador, 33 sitios arqueológicos, tracking, flora (plantas aromáticas, bonsái, injertos) y fauna (venados, pumas, vizcachas, camarones); crianza de cuyes, chamanería, cultura viva (tradiciones y bailes), minería, camino inca, creatividad gastronómica, dulces, frutas locales: palta, membrillo, uvas, manzana, higos, etc.
Y es que gracias a este seminario, los antioqueños se han puesto las pilas y yo a la cabeza para tramitar ante las autoridades una serie de instituciones, servicios, e infraestructura, para que Antioquía pueda disfrutar por siempre de visitantes. Por su lado la Griffith University de Australia, llevará en pocas semanas a un participante de Antioquía para que aprenda in situ de las bondades del turismo en ese país, para que a su regreso lo aplique en su pueblo.
Lo que sí tienen que aprender los antioqueños es que el alcalde y sus regidores son pasajeros representantes, más no los dueños del pueblo. Las gestiones que se hagan deben mantener la cordialidad y el buen trato entre autoridades y vecinos. Lo que se logre es por el bien de todos, y naturalmente mérito de los que han participado en el proceso. Deben funcionar las Comisiones, las Juntas, los Comités y la democracia libre de ataduras, asuntos partidaristas, y otros. La comunidad por otro lado debe mejorar la infraestructura de hospedaje, servicios higiénicos, restaurantes y afines, crear un centro cultural (biblioteca, internet, venta de artesanía, oficina de información turística).
Las autoridades pueden establecer normas de convivencia de los turistas en el pueblo, y el respeto de los antioqueños a los diseños de “Colores para Antioquía”. Un plano turístico en lugares públicos, señalización, acabar e instalar la infraestructura excelente del Apu Pariakaka para el turista de campamento, hacer uso de la PNP en fechas importantes, y con el tiempo la existencia de una ambulancia para emergencias que pueden darse con los lugareños y con los visitantes.
Sólo así, Antioquía será ese pueblo que permanentemente atraerá al turista. Sólo así, los pueblos prosperan y marcan un espacio en la historia.
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