(EB-17 de julio de 2010)
La “excelencia académica” obliga al estudiante a adaptarse a una realidad propia de una sociedad dividida y en permanente competencia. Se despierta los instintos agresivos, dejando atrás al ser humano pensante, creativo, evolutivo y sabiamente comprometido con la solución de problemas en el diario vivir y finalmente solidario con sus compañeros cuando estudiante y con sus colegas cuando profesional.
No podemos dejar de lado la naturaleza como fuente de inspiración. La naturaleza de las cosas, de la persona, de la observación, de los sentidos plenos en disfrute, de la lectura, del enfoque filosófico del impacto primario, de la expresión de un lenguaje interno alejándose de toda dependencia. Es aprender rítmicamente, ritualista e interpretativamente. Confieso que he sucumbido como docente frente a la máquina. Marcar ingreso de profesor y alumnos, tardanzas, asistencias y faltas, evaluaciones de cada sesión de clase, evaluaciones periódicas, etc. No han hecho más que colocarme en el papel del robot ideal, dejando de lado la práctica moral y disciplinaria de la libertad individual de alumnos y profesor, por ello mi alejamiento a tiempo de algunas tareas docentes.
Ser el conductor, hermano mayor o compañero de aprendizaje del alumno ha sido mi meta durante estos casi 50 años de docencia. Ser medio padre, hermano, y preceptor es una manera inconsciente como ellos me han captado. No he hecho nada especial para mostrarme como ser humano con defectos y virtudes. He dejado de lado la perfección que no he conocido, ni cultivado. Trato de ser humano y no un dios de la mitología creado por los propios hombres. Así creo haber tenido éxito para que ellos me consideren su “maestro”.Y es que cuando se llega a mayor en edad, la satisfacción que nos queda, es saber que hemos sido útil en su vida, cultivando valores, marcando caminos, definiendo metas, despertando e incentivando conocimiento y talento, Creo haber descubierto que se puede ser más humano cuando te entregas con humildad a la docencia, cuando aprendes a amar cada día que descubres lo importante que eres para ellos.
Hoy en el atardecer de mis sentidos, voy comprobando lo que mis instintos y mi inteligencia me hicieron reflexionar y filosofar sobre ¿qué estamos haciendo de la educación y de los estudiantes?. Ya han surgido voces de protesta en Alemania y países europeos para darnos a entender que pasamos gran parte de nuestra vida metiéndonos información en el cerebro, pero no hay una adecuación entre el intelecto y nuestras funciones en movimiento. Eso nos induce a formas de conducta que es un proceso de aprender en el sentido de adiestrarse para hacer algo: porque la gracia y la habilidad siempre marchan de la mano. Aprendemos a hablar, caminar, patinar, pintar, y hasta a entender la computadora (ordenador).Pero estamos dejando de lado la disciplina del alumno y del profesor. Sin disciplina, sin seriedad en el trabajo perdemos lo esencial de la enseñanza-aprendizaje como es plasmar nuestros conocimientos (lo aprendido) en algo real, tangible, visual…sino hemos predicado en saco vacío.
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