UN DESIERTO LLAMADO COSTA

“…Larga y angosta faja
desiertos donde la lluvia está ausente
usos y costumbres diferentes
valles, arenas y mar…”
EB-Lima 1999
desiertos donde la lluvia está ausente
usos y costumbres diferentes
valles, arenas y mar…”
EB-Lima 1999
De clima templado y húmedo, se calienta y seca a medida que pasa de los 500 m de altura, y en sus muchos desiertos la vida está presente en particular fauna y flora. Los arenales se abren en amplias perspectivas ahí donde cordillera andina y océano se alejan. Físicamente, la costa del Perú es un juego de cerros, dunas, playas y desiertos. Se interrumpe su recorrido de norte a sur con valles y ciudades, y con un serpentín de carretera longitudinal conocida como la Panamericana.
La ausencia de lluvia periódica se ve reemplazada con las aguas que brindan las “cochas” o lagunas que los Andes guardan en sus partes más altas y en la profundidad de sus entrañas milenarias.
La llegada de los españoles contribuyó, con otras especies, a llenar el paisaje agrícola junto al maíz autóctono, cítricos, vid, caña de azúcar, rosas, claveles, y geranios, pero, además, trajo asnos, caballos, vacas, ovejas, cerdos, cabras y gallinas, ampliando la posibilidad de alimentación, vestido y subsistencia del poblador costeño.

Grandes represas contribuyen hoy a engrandecer el paisaje y ayudan a la realización de unir esta franja llena de oasis, arenas, valles fértiles y ríos que terminan en la vertiente oceánica, dejando atrás la neblina y poblaciones cada vez más prósperas. Ese mismo paisaje de arenas y valles fértiles fue el hábitat de hombres costeños hace varios milenios: en Caral, Moche, Lambayeque, Tallanes, Chimú, Nascas, Paracas y otros, supieron enfrentar las temibles fuerzas de la naturaleza que, de vez en cuando, interrumpe la apacible vida de los lugareños para conmoverla con sismos, lluvias torrenciales y huaicos. Sin embargo, la paciente tarea del costeño hombre peruano desde hace 25 000 años, la logrado levantar sus viviendas de barro , adobe y quincha, continuando con la salazón del pescado, permaneciendo su tarea de cultivar el maíz, algodón, alfalfa, tomates, papas, retamas, ajíes, girasoles, guarangos y muchos árboles frutales.
También en ese territorio se ha levantado en época virreinal: iglesias, palacios, casonas, que dicen del interés de los costeños por hacer de sus ciudades centros de concentración humanos, alcanzando el desarrollo fascinante de sus atractivos singulares en pleno siglo XXI.

No hay comentarios:
Publicar un comentario